Han sido dos tristezas para el Estadio Azteca en poco tiempo.
Par de descalabros que han ensombrecido la segunda etapa de Miguel Herrera con el América.
El cuadro águila simplemente no ha podido ganar en casa. Tampoco hacer gol. Preocupación para el Piojo, pues con él al mando en este semestre, sólo tiene 33% de efectividad. La caída de anoche con Atlas (0-1), por la Copa MX, resultó inesperada, tanto como la de Liga en la fecha uno contra Querétaro. Mal momento para el tropezón ya que el sábado llega Pumas a Santa Úrsula, lo que será el primer Clásico del certamen para los americanistas.
El gol de Jahir Barraza (68’) evidenció que en el plantel emplumado tiene titulares marcados y suplentes incapaces de llenar el hueco de los primeros. Herrera sólo utilizó en su alineación a inicialistas como Guido Rodríguez, Pablo Aguilar, Miguel Samudio y Silvio Romero. Elementos que no fueron suficientes para igualar la demostración de poder azulcrema que se vio el fin de semana pasado ante Pachuca.
En el estadio Hidalgo se vio a un América con vértigo, desquiciante para los zagueros rivales. Mas contra los Rojinegros se notó un equipo gris, sin desequilibrio, mucho menos capacidad para generar llegadas que apretaran a los Zorros, bien resguardados atrás.
El Piojo notó el poco picante de su escuadra. Sus pupilos lucieron tímidos y amarrados para descararse. Por eso le dio entrada a Cecilio Domínguez. Anotador de un doblete ante los Tuzos, el paraguayo entró sin convicción. Fue una sombra de sí mismo.
El silbatazo final significó el segundo descalabro en casa para el América de Herrera en una tercia de partidos. El sábado tiene prohibido un tercero contra los Pumas.