Sólo el ídolo podía provocar tanta euforia. Alrededor de mil 800 aficionados de Gallos Blancos de Querétaro hicieron vibrar con sus cánticos el Auditorio Arteaga en el partido homenaje a Mauro Gerk, organizado por la barra Resistencia Albiazul.
Después de más de una hora y media firmando autógrafos y tomándose fotos con la afición, el exjugador de Gallos Blancos aceptó que no esperaba un recibimiento así, lleno de cánticos, lleno de euforia.
“La verdad que es un cariño mutuo, estos colores ya saben que los llevo en el corazón y ellos me llevan también, entonces es un cariño mutuo que yo calculo que no se va a terminar nunca, como yo le di cosas al equipo, ellos ahora me devuelven cuando yo ya no puedo más”, dijo.
El Tanque Gerk no deja de soñar con dirigir algún día al equipo queretano de Primera División, con el cual, afirmó, fueron momentos muy significativos los que vivió, sobre todo, los ascensos al máximo circuito de futbol.
“Es un sueño, me estoy preparando para ello estoy trabajando de auxiliar en Argentina, en un club grande como Racing. Entonces, creo que me estoy preparando de la mejor manera posible para el día de mañana poder volver a México y ojalá pueda volver a Querétaro a dirigir”, reveló el exjugador.
Gerk Larrea, junto a jugadores como Héctor Altamirano, Marcelo Arce, Víctor Villa, Margarito González vivieron esta gran fiesta entregados, como si fuera una sucursal del estadio La Corregidora. Los cánticos no pararon; una playera gigante con el número 9 plasmado ondeando en la grada; toda la afición de pie por tener de regreso al más grande ídolo que ha tenido Gallos, aunque sea por un solo día.