A este guión, le falta el dramatismo de hace cuatro años, pero no por eso deja de ser atractivo, al menos no para los costarricenses.
Esta vez, el adversario no llega al borde de la cornisa. De hecho, ha alcanzado la cúspide en el camino a la Copa del Mundo, mas el condimento no falta, porque el apoyo al local vendrá por parte de un pueblo eternamente ávido de superar a México que dicen, suele verle por debajo del hombro.
Lo que explica que desde hace dos meses, se hayan agotado los poco más de 35 mil boletos para el cotejo eliminatorio que el combinado tico y el Tricolor disputarán en el moderno estadio Nacional.
“Se acabaron en dos horas. No se vendieron en taquillas. Todo fue por internet y la verdad es que la venta va muy bien”, comparte José Madrigal, revendedor que ofrece entradas “entre 50 y 150 dólares”. El costo original fue de 20 a 50 billetes verdes.
El colón es la moneda oficial de Costa Rica, pero cualquier comercio recibe la divisa estadounidense. Normalmente, la conversión es 500 colones por un dólar. Los hombres que ofrecen tickets en las inmediaciones del coloso no son la excepción. A final de cuentas, es una práctica legal en la nación centroamericana.
“Todavía no llegan mexicanos, pero siempre vienen, saben que acá no hay problema. Se les trata con respeto”, añade Madrigal.
Más allá de que los dirigidos por Juan Carlos Osorio están invictos en el Hexagonal, los ticos confían en su fuerza como locales y en ese guardián que también custodia el arco del Real Madrid.
“Nosotros vamos por el boleto [a Rusia], con el mejor portero del mundo [Keylor Navas] y la mejor afición del mundo. ¿Qué más podemos pedir? La cereza al pastel”, afirma Sergio Torres, fanático costarricense al que la ilusión se le multiplicó tras la victoria de antenoche en Estados Unidos (2-0). Genuino paladín de un pueblo que sueña con la clasificación frente al rival más enconado, que se hospedará a unas cuadras del estadio, por lo que ya se planea “obsequiarles” la característica “serenata” en Centroamérica.