Coquimbo, Chile.— Todos se enfilaron al vestuario con la serenidad tatuada en el rostro. Unos cuantos abrazos y apretones de manos. No más. Cuando se es favorito a dar la vuelta olímpica, clasificar a semifinales resulta obligación, lo que explica la actitud de los chicos dirigidos por Mario Arteaga.
Crecieron con el ejemplo de aquella generación liderada por Giovani dos Santos, Carlos Vela y César Villaluz, pero fueron el título mundial en México 2011 y el subcampeonato de hace dos años, en Emiratos Árabes Unidos, lo que impulsó su certeza de que defienden una elástica, con abolengo recién adquirido, en la categoría Sub-17.
Es por eso que su celebración fue discreta tras imponerse a Ecuador (2-0) en los cuartos de final. Ofrecieron su desempeño menos luminoso en la Copa del Mundo Chile 2015, mas —como al Cid Campeador— la percha les bastó para salir bien librados de la batalla.
Lo hicieron con una pizca de sufrimiento y una buena dosis de oportunismo. Justo cuando los sudamericanos se las ingeniaban para llegar al área tricolor, el favorito asestó los mazazos que lo clasificaron a la ronda de los cuatro mejores por tercera edición en fila y cuarta de las más recientes seis.
José Cevallos, meta ecuatoriano, resultó factor durante los primeros 10 minutos, esos en los que la Selección Mexicana infantil amenazó con devorarse al contrincante, pero después mutó en espectador... Hasta aquel rebote que quedó a merced de Claudio Zamudio.
El goleador del Morelia no falló (41’). Definición que otorgó paz al ‘Califas’, cuyo nudo de la verde corbata empezaba a apretar, debido a la preocupación por la falta de recursos que acusaba su equipo.
Tanto catártico, segundo para el chico en el Mundial; ambos en rondas a eliminación directa. Desde ese momento, los mexicanos ganaron la batalla de los sentimientos.
Quedó claro con la imprudencia del ecuatoriano Jean Carlos Peña al intentar frenar a José de Jesús Gurrola. El futbolista del Guadalajara acababa de entrar al campo, era el primer balón que tocaba. Insuperable efectividad.
Penalti convertido por Bryan Salazar (55’), pasaporte a esa ronda que ya es hábitat del Tricolor.
La más reciente ocasión que no disputó las semifinales fue en Nigeria 2009, certamen en el que fue eliminado por Corea del Sur, dentro de los octavos de final.
Fracaso que ya es poco común para un representativo acostumbrado al protagonismo en la categoría, sin importar sus integrantes o el hombre que los dirige.
Arteaga se ha unido a Jesús Ramírez y a Raúl Gutiérrez, quienes se ganaron un sitio en la inmortalidad. Al ex delantero le faltan dos pasos... Y el primero es la siempre peligrosa Nigeria. Redacción