NUEVA ORLEANS.— Obscuridad total, histórica y nocturna. En un Super Bowl, que parecía más un cuento de Edgar Allan Poe, los Cuervos de Baltimore se impusieron a los 49ers de San Francisco 34-31 para ganar el segundo Super Bowl en su historia en un encuentro que tuvo un dramático final.

Luego de una devolución de 108 yardas de Jacoby Jones, la más larga en la historia del Super Bowl, Baltimore ganaba 28-6 al inicio del tercer cuarto y parecía que Cuervos le ponía la tapa a la caja oblonga de los 49ers, cuya catalepsia no parecía tener final.

Pero luego de un apagón de 35 minutos, los 49ers resucitaron y consiguieron dos rápidas anotaciones sin respuesta para recortar la diferencia 28-20 y el momento del partido cambió por completo. Los festejos prematuros se acabaron.

El partido se cerró más, cuando los 49ers recuperaron un fumble de Ray Rice y descontaron otros tres puntos con gol de campo de David Akers para colocarse 28-23.

Los 49ers lograron su primer touchdown, con un pase de 31 yardas de Kaepernick a Michael Crabtree y luego Frank Gore haría otra anotación en carrera de seis yardas.

Baltimore respondió con una larga serie que recorrió 71 yardas en 12 jugadas, pero no pudieron anotar y se conformaron con un gol de campo de 19 yardas de Justin Tucker.

San Francisco respondió y en una explosiva serie que duró menos de tres minutos The Kap se escapó 15 yardas hasta las diagonales. San Francisco fue por una conversión para empatar, pero el pase buscando a Randy Moss fue incompleto y el marcador estaba 31-29, cuando quedaban 10:04 por jugar.

Nuevamente, los Cuervos volvieron a montar una serie sostenida. Diez jugadas y 59 yardas, pero sólo sacaron tres puntos con un gol de campo de 38 yardas de Tucker para el 34-29.

San Francisco tenía una última oportunidad y parecía que la iba a aprovechar, porque Michael Crabtree consiguió una recepción de 24 yardas y Gore se escapó otras 23 en una carrera para poner primero y gol con poco más de dos minutos.

Era el momento del partido. La defensa de los Cuervos, liderada por el veterano Ray Lewis, tenía que hacer su parte para ganar el campeonato.

En primera, los 49ers corrieron para dos yardas y luego Kaepernick mandó tres pases incompletos, todos buscando a Crabtree. En el último, en cuarta y cinco, el receptor de los 49ers parecía ser sujetado, pero los oficiales no marcaron castigo.

El entrenador de los 49ers, Jim Harbaugh, protestó la llamada visiblemente contrariado, pero no había cambio de decisión, Lewis y el veterano safetyEd Reed comenzaron a festejar en medio de la euforia colectiva de los Cuervos.

John Harbaugh, coach de Baltimore, pidió tiempo para calmar a su equipo. Aún quedaba 1:46 por jugar y no quería más sustos.

Baltimore corrió tres veces la pelota y bajó el reloj hasta los 12 segundos. En cuarta oportunidad, Harbaugh no mandó despejar y regaló un safety que puso las cosas 34-31, pero que dejó sólo cuatro segundos en el reloj.

Fue una brillante decisión, porque en el despeje se consumieron los últimos segundos y aunque Ted Ginn intentó un milagro fue detenido a medio campo. Los 49ers no pudieron ganar su sexto anillo.

Flacco, quien lanzó para 287 yardas con tres pases de anotación sin intercepciones fue nombrado el Jugador Más Valioso del partido para sellar una temporada en la que ya borró los cuestionamientos que pesaban sobre él.

Flacco, en su último año de contrato, seguramente será recompensado económicamente por los Cuervos, pero por ahora, ya tiene la satisfacción de ser campeón.

Es tiempo de festejar en Baltimore. Ya sacan las barricas de amontillado. En San Francisco se secan las lágrimas, éste no fue su año.

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