El diestro queretano, Octavio García El Payo tuvo un fin de semana redondo en tierras jaliscienses, donde cumplió compromisos con Autlán y Jalostotitlán, cortando tres orejas y una salida a hombros.
En Jalostotitlán, donde El Payo compartió cartel con Joselito Adame y Diego Silveti, cortó dos orejas y salió a hombros junto con Adame, quien indultó a Triana, toro de de San Isidro.
El diestro queretano estuvo variado con el primer toro, con la muleta pegó tandas buenas por el pitón derecho y algunas que destacaron por el izquierdo; mató de media estocada en buen sitio, para cortar una oreja.
Con su segundo, lo recibió bien de capote y, posteriormente, le pegó un gran quite por chicuelinas con la muleta. El torero finalizó su labor con una buena estocada para cortar una oreja y ganarse la salida a hombros.
Joselito Adame, por su parte, dio una gran tarde. Su segundo toro, de San Isidro, fue indultado y el juez lo concedió las dos orejas y rabo simbólicos.
En tanto, Diego Silveti perdió la puerta grande por la espada, pues se enfrentó con el peor lote de la tarde. Su primer toro un toro que humillaba toreó con gusto y empaque; después de tres pinchazos y dos descabellos, el torero recibió palmas.
Su segundo fue el astado más complicado de la corrida. Silveti le hizo un quite exponiendo mucho con el capote a la espalda. Remató su fanea con manoletinas, pinchó en la divisa, para luego lograr un gran estocada, el público pidió las dos orejas, pero el juez sólo otorgó una.
El sábado, en Autlán
Ante un lleno de plaza, el sábado se realizó la primera corrida de Carnaval en Autlán, Jalisco, dejando como triunfadores a Silveti y El Payo al cortar una oreja respectivamente.
El primer lote del queretano fue un toro muy malo; sin embargo, lo mató de media estocada y fue silenciado.
Ante su segundo, Octavio García se enfrentó a un toro que se dejó más, pero se movía mucho. Por el lado derecho dejó tandas que fueron coreadas por el tendido, toreando con limpieza y muletazos largos, con la mano izquierda poco pudo hacer, debido a que el astado no embestía con claridad por ese pitón, mató de buena estocada para cortar una oreja.