La tarde de ayer difícilmente será olvidada, al ser testigos de una faena impecable de José Tomás que dio triunfo a Juriquilla sin trofeo en el quinto de la tarde. José Tomás se llevó tres orejas, mismo número que Fernando Ochoa.
El reloj marcó las 18:15 de la tarde y la espera había concluido.
En el ruedo el “Maestro” José Tomás se dispuso a lidiar al primero de la tarde de los Encinos, Siempre Amigo de 485 kilogramos.
La plaza de toros Provincia Juriquilla guardó total silencio en la faena que iniciaba José Tomás y que a ellos brindó.
Como era de esperarse, un toreo peinado, de espejo, lúcido que atormentó con naturales ligando en una ocasión seis trapazos corridos sin desesperar el lento avance del primero de la tarde al que no tuvo más que responder en breve.
La faena fue corta, el oficio y clase de José Tomás lo mostró a paso lento, suave y la entusiasta afición que se dio cita de diferentes partes del país, bastó para que luego de un perfecto estoque que dio fin a su enemigo, le otorgara a petición, las primeras dos orejas.
El diestro José Tomás continuó con el tercero de la tarde, Olé Pollo de los hierros de Fernando de la Mora. El “Maestro” manejó a quietud el toreo frente a este astado, que de presencia sólo tuvo la estampa. Con ello, José Tomás sólo emprendió emoción al escurrir la muleta en cara del toro, que respondió portándose difícil a la hora de acudir a la cita con un burel complicado que dio al diestro de Galapagar una salida al tercio.
Con el tercero, Tomás fue sublime, grande torero de cepa que ilusionó a los aficionados, un toreo de clase, de estampa de carácter y de artista completo.
Rey de sueños fue el nombre del tercer enemigo de José Tomás, que de verdad honor tuvo a su nombre. Se valió soñar con la estampa que regaló en su faena; valiente como el sólo sabe serlo. Hizo lo que quiso y pudo. El diestro tuvo cero fortuna en el estoque, pero ello no impidió que se le entregara la afición que agradecida se vio tras espeluznante faena. Pinchó tres veces y el resultado fue entrega total del respetable. Salida al ruedo con fuerte ovación y despedida merecida al “Monstruo” de Galapagar.
Vino el turno para el que se despedía con este “Monstruoso” mano a mano, Fernando Ochoa. De Los Encinos, A Flor de Piel de 510 kilogramos fue el que tocó en el sorteo, un toro al que tuvo que buscarle la cara.
Ochoa, simple y sencillamente no se achicó. Toreo de redondas que fusilaron en remates de pecho y que la gente en los tendidos agradeció. En la suerte suprema el de Michoacán falló y tuvo que ir a segundo intento que le valió sólo algunas palmas del respetable.
En el segundo de su lote, Fernando Ochoa mostró la clase y el temple de no dejar al vacío la gran tarde que se le presentaba para una gran despedida de Juriquilla.
A raíz de plantar bien los pies en la arena, el diestro ligó una bien surtida tanda de naturales que llevando la muleta a la cara de su enemigo, agarró en los medios su terreno para agrandar la tejida faena que terminó con una merecida oreja al esfuerzo emprendido en el ruedo por parte del michoacano.
Con el tercero y último de su lote, Fernando Ochoa solo se despidió. No tuvo nada que hacer y se dedicó a cumplir con ganas. Adiós dijo agradecido de Juriquilla y se fue entre palmas, no sin antes dar uno de regalo a quien sí pudo el diestro michoacano cortarle un par de orejas y tener al son de “Las Golondrinas” una digna despedida.