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Cuatro veces ha declinado la invitación para formar parte de la Selección Mexicana, lo que no significa que José Manuel de la Torre esté harto del “caso Carlos Vela”.
Prefiere reservarse su sentir sobre las negativas del campeón mundial Sub-17 en 2005. Sólo se enfoca en lo que considera ideal o mejor para el combinado nacional.
“Todo lo que pueda argumentar un jugador es información, con la cual me baso para tomar decisiones, no para juzgarlo”, sentencia El Chepo, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL. “Soy una persona que tiene sentimientos, pero no los involucro en la toma de decisiones”.
“Estoy para tomar decisiones en favor de un grupo, no lo que me gusta, quisiera, o pueda favorecer a uno u otro [jugador]. Por eso tengo un grupo de trabajo, con el que discutimos mucho para darnos razón sobre cualquier circunstancia que se esté dando en función de la Selección Nacional. La verdad es que se ponen muy buenas las discusiones”.
Sin importar el nombre o condición del futbolista.
Más allá de que el hombre de la Real Sociedad ha levantado polémica por desdeñar el llamado a partidos amistosos, eliminatorios, Juegos Olímpicos y Copa Confederaciones, el entrenador nacional aclara que el trato es igual.
“Así ha sido con Vela, Giovani [dos Santos], Memo [Ochoa], [Héctor] Moreno, los de México”, asegura. “No hacemos diferencia y eso es lo que hace que todo el mundo se sienta igual, importante, como lo son para nosotros”.
Discurso con el que argumenta su más reciente visita al quintanarroense, en Madrid.
“Lo de Vela es parte de mi trabajo, buscar la mayor información con todos ellos, para saber cómo se sienten, están. De esto parte el poder tomar decisiones”, insiste. “Así como con Vela, lo hacemos con todos los jugadores. La diferencia es que está fuera del país y hay que ir a estar cerca, porque no es lo mismo un telefonazo que platicar, ver los gestos y qué nos puede decir”.
“Prefiero darme la vuelta, estar con ellos, poder platicar, comer, convivir y que me expresen su sentir, porque es lo que me ayuda y contribuye a ser más fuerte como grupo”.
Por lo que no le cansa reunirse con ese chico que, cuatro veces, ha dicho “no, gracias”.