GUADALAJARA.— Lo que inició como un romance prometedor, terminó en un divorcio conflictivo. La relación entre Johan Cruyff y Jorge Vergara es todavía complicada, seis meses después de que el asesor holandés fuera despedido, con el argumento de “no haber cumplido con los resultados deportivos que se esperaban”, a pesar de tener contrato firmado.
El presidente de Chivas corrió al que meses atrás calificara como “el hombre que más sabe de futbol en todo el mundo”. Cruyff no sufre por falta de trabajo. Es un hombre respetado. Pero aún tiene una espina clavada, pues no pudo concretar los planes que tenía en México. Una vez más ha tocado el tema. Es duro en su juicio.
“Nos da pena máxima la gente de Chivas, porque ellos creo que tienen una base donde podrías hacer, creo muchas cosas bonitas. No es problema de ayer, ahí [en México] como sabemos hay dos temporadas en una [torneos cortos], por decirlo así y en las últimas 22 temporadas, que son 11 años, creo que han ganado una sola vez. Tampoco puedes hablar de una historia”, reiteró Cruyff.
“Sólo puedes decir que la gente que dirige el club no está dirigiendo bien. Entonces, da pena”.
Enseguida, explicó que las condiciones ofrecidas por el Rebaño no eran las ideales para continuar. “El dinero no lo arregla. Les hemos dicho todas las cosas que tienen que cambiar y ya es decisión de ellos. Se necesita conocimiento. Hay cosas que había que cambiar, pero si no se quiere, entonces se tiene que marchar”, añadió.
Se dio tiempo inclusive para criticar a la Federación Mexicana de Futbol y al técnico José Manuel de la Torre por el caso de Giovani dos Santos. “Lo veo lamentable. Los mexicanos casi prohibieron que jugara un partido de descenso. Creo que ese tipo de gente [directivos], no deberían de estar donde están”, aseguró.
“Es absurdo que un seleccionador pida a un futbolista que está jugando un partido importantísimo. No me puedo imaginar siendo entrenador que voy a pedir uno o dos chicos para venir cuando juegan hasta martes o miércoles [contra Jamaica]”, concluyó.