Es que la vio tan cerca, la tuvo tan cerca, estuvo apunto de levantarla... y con eso “me retiraba de la Selección Nacional”.
Mas el destino jugó en contra de la Selección Mexicana, y de su capitán Hugo Sánchez, aquel domingo 4 de julio de 1993.
Hace ya 20 años. Ese día, la Selección jugó su primera final en Copa América. Fue en 1993, en Ecuador, en contra de Argentina.
Y Hugo Sánchez fue el personaje principal de ese torneo, de esa final, en la que “se demostró que México está para cosas grandes”.
—¿Esa Selección marcó la pauta para el futuro?
“Estoy de acuerdo con eso —dice Hugo—. Ese equipo fue parte de la época dorada del Tri. Esta era comenzó en el Mundial del 86 —en México—, donde obtuvimos el mejor lugar en las copas del mundo y concluyó en 94 —en Estados Unidos—, donde conseguimos la mejor clasificación, fuera de casa. Entre estos estuvo la Copa América”.
Hugo da méritos, tanto deportivos como administrativos por aquel logro conseguido.
“Fue una magnífica gestión de los dirigentes mexicanos. Eso fue clave para que hubiese un cambio en la mentalidad en la Seleccion, que es nuestra imagen al mundo. Se tenía que demostrar que podemos acercarnos al nivel de Brasil y Argentina. Ahí se inició el cambio”.
—¿Eran el patito feo del torneo?
“Eso no era nuevo. No se esperaba que México llegara tan lejos. El hecho de haber sido la revelación llamó muchísimo la atención, el prestigio a nivel internacional creció.
—¿Qué momento vívias?
“Regresaba de España, estaba América. Me sentía en buena forma.
“Había mucha gente de experiencia y jerarquía en ese Tri, desde Hugo, pasando por Benjamín Galindo, García Apse, Luis Flores y jóvenes como Jorge Campos y Ramón Ramírez.
“Había muchos líderes; yo les transmitía confianza, trataba de transmitirles mi experiencia. Sabía que la distancia entre jugar en México y en Europa no es muy grande, la distancia es mental. Mentalizaba a mis compañeros, los motivava. Podíamos hacer historia”.
Hugo vio tan cercano el momento de levantar el trofeo continental, que estuvo a punto de retirarse de la Selección Nacional.
“Si ganábamos, inmediatamente después de levantar el trofeo de campeón, siendo capitán, iba a anunciar mi retiro de la Selección... Pero no fue así; perdimos la final, pospuse mi retiro para el Mundial... y ya saben qué pasó”.
—¿Fue el mejor juego que dieron?
“El mejor juego fue el primero contra Argentina, empatamos a un gol. Le di un madruguete a David [Patiño], y después [Óscar] Ruggeri —ex compañero en el Real Madrid—, quien nunca metió gol en su vida, se le ocurrió metérnoslo a nosotros”.
—¿Cómo fue la final?
“Muy pareja. La diferencia fue que no teníamos ese manejo de situación. [Gabriel] Batistuta nos metió dos goles en jugadas en las que nos distrajimos. El definitivo fue en un saque de manos. Los compañeros estaban reclamando y Batistuta nos ganó la espalda. Mientras seguíamos reclamando, ellos ya estaban celebrando”.
—¿Que faltó, o qué falló?
“Faltó experiencia, pero lo destacable es que ahí inició la madurez tanto del futbol mexicano”.
—¿Cuál juego disfrutaste más?
“Todos tuvieron su gracia. Todos fueron buenos, menos el que perdimos primero contra Colombia”.
“¿Tu mejor torneo con el Tri?
“Ha sido la mejor expresión en cuanto a imagen, en esa etapa dorada. Faltó la cereza del pastel.
Esa selección también tuvo voz. Antes de viajar al torneo, el grupo protestó ante la FMF por falta de seguros para jugadores que viajaban sin contrato y por el naciente Régimen de Transferencias, el Draft“.
—¿Qué papel jugaste en la protesta [ante la FMF]?
“Traté de orientar. Se quería formar una Asociación de Futbolistas y quitar el mercado de piernas. Pero aparecieron los esquiroles”.
La historia dice que tres jugadores rompieron el grupo y cedieron ante la presión de los directivos.
“¿Sabes quiénes eran...?”, pregunta Hugo.
“Carlos Hermosillo, Roberto Ruiz Espazar y José Manuel de la Torre, se le responde.
“Sí... y años después: a uno le dieron la dirigencia del deporte, otro quiso ser político y el último es técnico de la Selección”.
Mas al final, queda ese equipo que hizo historia, y comenzó la revolución futbolística en México.