Equivocarse en las áreas suele ser muy peligroso, riesgo que aumenta si se tiene enfrente a un verdadero peso completo, como lo es el Santos Laguna.
Segunda derrota de los Gallos Blancos en el Apertura 2013 (0-2), primera vez que se marchan al camerino sin horadar la meta del adversario. Wilberto Cosme y Esteban Paredes fueron controlados por la zaga norteña, mientras que Andrés Rentería y Oribe Peralta se mostraron a plenitud.
Eso explicó que El Cepillo haya rematado con comodidad en aquel tiro de esquina. No obstante, el arquero queretano tuvo la oportunidad de atajar el cabezazo, mas el esférico se le escurrió debajo de la mano izquierda (57’).
Sólido mazazo que noqueó a los hombres dirigidos pr Ignacio Ambriz, quienes ofrecieron su actuación más pobre en lo que va del actual torneo.
Luis Pérez y Marco Jiménez perdieron la batalla en la trinchera, por lo que los Guerreros controlaron la pelota durante buena parte del duelo.
Oswaldo Sánchez sólo fue verdaderamente exigido cuando la primera mitad estaba por terminar. Lucho se encontró una pelota en los linderos del área local y sacó un disparo que el experimentado portero santista controló de forma angustiante.
Para entonces, el error de Oswaldo Henríquez ya marcaba diferencia. Néstor Araujo ya había superado al defensa central colombiano de los Gallos Blancos, quien lo sujetó frente al árbitro Antony Zanjuampa.
Penalti inobjetable marcado por el Chato (18’). Hernández trató de intimidarlo durante esos segundos que preceden al fusilamiento, pero el volante fijó la mirada en el balón.
Mientras Pedro Caixinha, estratega albiverde, regresaba a su banquillo envuelto en la tranquilidad que otorga la ventaja en el marcador, Ambriz trató de motivar a sus hombres. El problema es que carecieron de la picardía y contundencia presumidas durante sus dos más recientes juegos.
Golpe de realidad para un plantel que, por fin, no es acosado por los fantasmas del descenso. El objetivo es pelear por la clasificación a la Liguilla, etapa en la que se toparía como rivales tan calificados como el de ayer.
Los pocos Gallos Blancos que mantenían la ilusión se rindieron tras la expulsión de Dionicio Escalante (67’). Más allá de modificar para intentar acortar distancias o hasta igualar el marcador, el estratega queretano ingresó a Ricardo Esqueda y Pablo Gabas. El mensaje fue claro: agazaparse.
Su equipo lo cumplió medianamente, porque Carlos Darwin Quintero y hasta Javier Orozco se quedaron cerca de marcar el tercero. Hernández lo evitó, aunque su error fue muy costoso.