Emocionado, Raúl Jiménez goza el momento que vive. Está en la cumbre del goleo en el torneo mexicano, es pretendido por el Porto luso y sus aficionados que lo empiezan a arropar como uno de sus ídolos, luego de hacerle un hat-trick al Puebla el fin de semana.
La conclusión del joven delantero es que “se siente feliz en el América”. Por más que hayan rumores de su salida al futbol europeo, su mente, confiesa, sigue en Coapa.
“Si me quedo, me quedo [en Coapa] será de la mejor manera, llevo 17 años aquí y cuando tenga que pasar algo, pasará. Eso es lo mejor y ahorita estoy muy feliz en América y estoy muy agradecido con la institución [azulcrema]”, halaga.
Los colores azulcrema los porta orgulloso. Desde su infancia ha formado parte del club emplumado. Fue multicampeón en las fuerzas básicas amarillas y cuando llegó al primer equipo se coronó bajo el mando del Miguel Herrera.
Su olfato lo llevó a ser parte del plantel del Tricolor que conquistó la medalla de oro olímpica en Londres y, dos años más tarde, participó en el Mundial de Brasil.
Mas siempre había tenido un rol secundario. Primero, por la sombra del goleador Christian Benítez y en la Selección fue suplente de Giovani dos Santos, Oribe Peralta y hasta de Javier Hernández.
Ahora, Jiménez es un protagonista. En el América comienza a brillar por encima de El Cepillo, quien llegó como el fichaje “bomba”, luego de costarle a la directiva águila poco más de 10 millones de dólares.
Sus cuatro goles en tres partidos sellaron su mejor inicio de torneo desde que juega en la Primera División. ¿Su mejor momento? El joven Raúl no se pone techo.
“Ahí voy, poco a poco. Hay que ir paso a paso, cuando acaba la carrera es cuando te das cuenta cuando fueron tus mejores momentos, hay que ir tomándolo con calma y haciendo las cosas de la mejor manera”, explica Jiménez.
“Lo que quiero es jugar, no importa dónde sea. Lo importante es estar jugando, demostrando de qué está hecho uno y eso es lo que te da las recompensas”, añade.
El duelo ante La Franja significó un banquete de goles para el ariete azulcrema de 23 años. Hizo gol de cabeza, de penalti, y mediante una jugada individual.
Anotaciones que logró ante la mirada de Cuauhtémoc Blanco, uno de los grandes ídolos del americanismo, y a quien le amargó la tarde con su tercia de dianas.
Jiménez describe que esa satisfacción sabatina le quedará grabada en su memoria por mucho tiempo.
“Fue algo muy emotivo para mí, es la segunda vez que me toca marcar tres goles [la primera fue ante Santos el torneo anterior]. Estoy muy contento de haber podido ayudar al equipo a sacar estos tres puntos y a seguir en la parte alta de la tabla”, reseña orgulloso.
Sin perder de vista, las ofertas europeas, Raúl confiesa que sus actuaciones con las Águilas le pueden servir para consumar, por fin, su sueño de jugar en las ligas más exigentes del planeta.
“Es algo muy importante que estoy buscando [ir a Europa]. Si se da, qué bueno y si no, cuando se dé será de la mejor manera”.
Por lo pronto, “estoy metido con América al cien, dándole todo y esperando a ver qué pasa”, dice Jiménez contento, como quien siente que su carrera está despegando.