El Cruz Azul se aferra a la posibilidad de terminar con los fantasmas que le impiden llegar a la Liguilla después de tres años. La Máquina volvió a la vida al derrotar 1-2 al Morelia —en donde no ganaba hace ocho años (12 partidos)—, y así dejar el drama de la clasificación para el duelo ante Veracruz.
Un buen primer tiempo hizo a los cementeros sacar ventaja gracias a dos goles de Felipe Mora, pero un mal manejo de partido en la segunda parte provocó que acabaran pidiendo la hora, sobre todo después del gol de Diego Valdés, quien puso a temblar toda la historia reciente de los azules.
Al final, los de Francisco Jémez llegaron a 24 puntos y esperan, de mejor forma, que termine la penúltima jornada del Apertura 2017, para amarrar la clasificación, que no está cerca, pero tampoco lejos.
Los Monarcas, por su parte, se quedaron en 26 unidades, rezando para que los mejores ocho, no lo echen tan abajo.
El Cruz Azul inició como Máquina. Y cuando despertó, Morelia ya iba perdiendo ante unos celestes que sabían que ante la posibilidad de morir, por lo menos tenían que mostrar dignidad, algo de sangre, más allá de los desaforados intentos de su técnico por mostrar carácter.
Sin tiempo de pensar, los cementeros salieron a apabullar al rival, mordiendo en los límites del área grande, no dejando respirar a los michoacanos, que llegaron a su estadio adormilados.
De vena salió Mora. Chileno lleno de gol, pero sin suerte en momentos clave. A los cuatro minutos recogió un balón peinado por Gabriel Peñalba a segundo poste y abrió el marcador; a los 24’ recogió otro, con túnel incluido, por el español Edgar Méndez.
Todo a favor para el Cruz Azul, que se hizo dueño del juego en casa ajena, mientras que los locales nunca encontraron espacios para responder, más allá de los otorgados por los mismos defensores cementeros, llenos de dudas a la hora de replegarse.
Pero en una cosa tiene razón Paco Jémez, su equipo suele facilitarle las cosas al rival. Apenas inició la segunda parte y Julián Velázquez desprotegió su zona para darle entrada a Raúl Ruidíaz. La falta sobre el peruano era inevitable y el gol de Diego Valdez esperado. Con casi 40 minutos por delante, los cementeros otra vez se estaban “tendiendo la camita”.
Se acabó el toque en media cancha y se privilegió el trazo largo. Ahí Julián Velázquez se volvió el mejor hombre de Morelia, fallando todo lo que le tocaba fildear y Méndez en ofensiva tenía lucha solitaria con toda la defensa moreliana.
El Cruz Azul terminó pidiendo la hora, sufriendo, de otra forma no sabe ganar. Ahora deberá esperar a la última fecha para ahora sí, exorcizar los fantasmas, por lo menos, los de la no clasificación.