Mientras los directores técnicos de los otros tres colosos están obligados a sumar unidades desde este fin de semana, Guillermo Vázquez compró tiempo durante un semestre en el que los Pumas fueron líderes, subcampeones y clasificaron a la Copa Libertadores 2016.
No es que los universitarios vayan a relajarse o desdeñen la exigencia de su linaje, pero lo mostrado durante el Apertura 2015 otorgó a su banquillo la tranquilidad que no tienen el América, el Guadalajara y el Cruz Azul.
Vázquez regresó al club auriazul en agosto de 2014, para relevar a José Luis Trejo, quien había sumado tres de las primeras 15 unidades en disputa. Clasificó a la Liguilla y fue eliminado por el América en cuartos de final.
Pero las alegrías genuinas aparecieron en la segunda mitad del año anterior. Pese a que los Tigres, el Monterrey y hasta las Águilas lucían con planteles de mayor calidad, gobernaron el certamen y hasta aseguraron la cima en la penúltima jornada. Clasificaron al certamen continental cuando les quedaban dos cotejos por disputar.
Nivel que esperan mantener, sin importar que luzcan menos presionados que los otros conjuntos denominados ‘grandes’.
“Vamos a hacer todo lo posible por salir campeones. Ojalá se pueda en los dos [certámenes]”, advierte el volante de contención Alejandro Castro. “Si no, en alguno, pero [hay que] decirle a la gente que se siga ilusionando, igual que nosotros. Vamos a dejar todo en la cancha, como lo hemos venido haciendo, y ojalá que nos sigan apoyando”.
Su desempeño en el más reciente campeonato los coloca como candidatos, al menos, para estar dentro de la fase final.
En cuanto a la Libertadores, quedaron ubicados en el Grupo que luce menos complicado. Están en el Siete, junto al Olimpia (Paraguay), Emelec (Ecuador) y Deportivo Táchira (Venezuela).
Porque hasta en ese escenario, Vázquez puede tener la paz que añoran Ignacio Ambriz, Tomás Boy y Matías Almeyda.