Greenwich, Connecticut.— Cada peleador conoce casi a la perfección cómo sube a un cuadrilátero, pero ninguno puede garantizar cómo bajará. Y es que mientras Floyd Mayweather Jr. se encuentra disfrutando de la bolsa más grande de su carrera (180 mdd), a 4 mil kilómetros de distancia, el boxeo tiene otro rostro en Magomed Abdusalamov, un pugilista que respira un constante peligro de muerte, tras la pelea que sostuvo en noviembre de 2013 con el cubano Mike Pérez.

Postrado en la cama de un hospital de Connecticut, Abdusalamov, de 33 años de edad, vive, o mejor dicho, subsiste los días con un severo daño cerebral e infecciones de sangre y hueso que constantemente advierten que esa mañana, tarde o noche, podría ser su último round. Desde que terminó la pelea con Pérez, Magomed, conocido como el ‘Tyson Ruso’, se enfrascó en un combate de supervivencia, una lucha en la que lamentablemente su familia también ha recibido golpes devastadores, pues además de sobrellevar la preocupación por la salud del esposo, Bakanay Abdusalamova junto con sus tres hijos se encuentran a la orilla de la calle, pues ya casi pierden su casa.

Los gastos médicos del ‘Mago’, ya casi alcanzan los 2 millones de dólares, una cifra incosteable y una de las razones por lo que la Bakanay interpuso una demanda contra la Comisión Atlética de Nueva York, cinco médicos, el réferi e inspector que estuvieron como responsables de la velada del 2 de noviembre de 2013 en el Madison Square Garden de La Gran Manzana.

Tras el pleito que perdió por decisión unánime con Pérez, el peleador ruso escuchó el veredicto con fracturas en cara y puños, además de una lesión en el ojo que requierió sutura.

Con el primer fracaso en su carrera profesional, Abdusalamov (18--1, 18KO), junto con su equipo se trasladó hacia al hotel en un taxi, donde el peleador comenzó a sentir mareos y náuseas que lo llevaron al hospital, donde posteriormente le retiraron un coágulo de sangre y le inducieron a coma por semanas para desinflamar el cerebro. Actualmente, el boxeador europeo radicado en Estado Unidos no puede hablar ni caminar y ya padece de úlceras en la espalda por su inactividad.

La familia del peleador acusa que la Comisión no solicitó una ambulancia y que los médicos no recomendaron hospitalización, a pesar del estado físico tan maltrecho en el que Magomed culminó el combate con el antillano Pérez.

La empresa encargada de la función fue K2 Promotions , de los hermanos Klitschko, y en la batalla se disputó el título de los pesados de Estados Unidos, avalado por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Así de generoso como lo son los 180 millones de dólares que ganó Mayweather o ingrato como la salud de Abdusalamov es el boxeo.

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