BALTIMORE (AP).— Sentado junto a una de las piscinas de su querido centro acuático de Meadowbrook, Michael Phelps observa pensativo las aguas que alguna vez le inspiraron miedo.
“Esto soy yo. Aquí me siento como en casa”, comentó.
Es aquí donde Phelps sentó las bases para ser el nadador más exitoso de la historia. Y donde, luego de regresar a la actividad tras ver que no podía mantenerse alejado de las piscinas, intentará recuperar su estado y añadir más gloria olímpica a su carrera en los Juegos de Río de Janeiro en el 2016.
Con la mira puesta en el campeonato nacional de este fin de semana en Irvine, California, que ayudará a determinar si está para competir de nuevo o no, Phelps sigue entrenándose en este modesto centro acuático de Baltimore, la ciudad de la que nunca se fue.
Como siempre, lo acompaña un equipo de colaboradores de primer nivel, que incluye ex campeones olímpicos y mundiales.
Antes de los juegos de Atenas y de Beijing, Phelps nadaba hasta que no daba más, cubriendo 16 mil metros diarios. Ahora da la mitad de las vueltas, pero pasa más tiempo haciendo pesas.
Si bien tiene sólo 29 años, edad en la que muchos deportistas alcanzan su pico, Phelps ha recorrido un largo camino con esos brazos. Su cuerpo no se recupera con la misma velocidad y trata de fortalecerlo con la esperanza de nadar más rápido en distancias cortas. Ya no competirá en el combinado individual de 400 metros, una prueba agotadora. También hizo a un lado los 200 mariposa, una de sus especialidades.
El cambio más grande tal vez sea el del personal que lo apoya en el North Baltimore Aquatic Club.
Están Yannick Agnel, el francés que ganó dos oros en Londres; Allison Schmitt, quien se alzó con cinco preseas en los últimos juegos; Lotte Friis, un danés con una medalla olímpica de bronce, y Conor Dwyer y Matt McLean, integrantes de relevos que ganaron preseas de oro.
Phelps sigue siendo orientado por su técnico de siempre, Bob Bowman, quien dice que la competencia es buena para su pupilo.
“Cuando Michael estaba encendido, nadie le ganaba”, dijo Bowman. “Ahora, si Michael está encendido, hay personas que pueden ganarle. Así de buenos son”.
Meadowbrook es un sitio inaugurado en 1930 que no impresiona a nadie, en el que Phelps se entrena desde que tenía seis años.
El centro acuático no cambió a pesar de la fama que ganó con Phelps. La sala de pesas no es más que una carpa sobre un piso de losas. Los ejercicios de barra los hacen con un caño con forma de U.
“¡Tal vez no sea bonito, pero funciona!”, dijo Schmitt. “Es un ambiente hogareño”.
Para Phelps esto es más que un sitio de entrenamientos. Es su casa.
“¿Quién hubiera pensado que el mejor nadador de la historia es de un suburbio de Baltimore?”, expresó Bowman. “Pero todos venimos de algún lado. Y este fue su sitio”.