Saben que su actual hogar ya tiene fecha de caducidad, mas —por ahora— los integrantes del Cruz Azul se concentran en el futuro inmediato, no lo que sucederá en poco menos de dos años.
A través de un comunicado, el consorcio “Cosío Family”, propietario del estadio Azul, en el que La Máquina funge como local desde mediados de 1996, ha oficializado que será demolido en 2018: “El fin de la relación entre el propietario y el equipo de Primera División se debe a la imposibilidad de llegar a un acuerdo para la renovación del contrato de arrendamiento que concluye en 2018, pues el incremento que la empresa fijó no fue aceptado por los dueños del equipo”. Las especulaciones se han dado de manera inmediata.
La posibilidad de volver al Estadio Azteca, en el que los Cementeros celebraron sus cotejos como locales entre 1971 y 1996, es grande. Otra tiene que ver con la construcción de un nuevo inmueble en la Ciudad de México.
“Sea lo que sea, lo que se hable de ese futuro y en qué estadio se va a jugar, no influye para nada en el partido del sábado [contra los Xoloitzcuintles de Tijuana]”, aclara Eduardo de la Torre, director deportivo del Cruz Azul, entrevistado vía telefónica. “Lo único que nos interesa ahorita es eso”.
El terreno que actualmente ocupa el estadio Azul, cuya dimensión es de 15 mil metros cuadrados, albergará un centro comercial con hotel incluido. La Plaza de Toros México, contigua al escenario, no se tocará.
“En la parte deportiva, lo que importa es jugar. Lo que nos preocupa es el siguiente partido”, insiste el “Yayo”. “Estamos atendiendo a los entrenamientos, a la armonía dentro del equipo, la planeación para el siguiente campeonato, en cuanto al plantel... Tenemos muchas cosas de qué preocuparnos, más allá de si los dueños del estadio dicen o no algo acerca del mismo. En esa parte, al ámbito deportivo del club, no nos interesa”.
Opinión compartida por el director técnico Tomás Boy, quien descarta la teoría de que el Azul se encuentre “maldito”, pese a que los celestes sólo han ganado un título de Liga (Invierno 1997) desde que se mudaron a la antigua Ciudad de los Deportes.
“No creo en las maldiciones, pero no sé qué determinaciones vayan a tomar los altos mandos del equipo en esa parte”, sentencia. “Lo que creo es que el estadio tiene una cancha fenomenal...”. (Con información de agencias)