Río de Janeiro.— Con más dudas que certezas, Río de Janeiro inaugura hoy de manera oficial el telón de sus Juegos Olímpicos.

Con una fiesta espectacular en el mítico estadio Maracaná, los anfitriones pretenden olvidar al menos por un par de semanas la crisis económica y política que sufren desde hace meses.

Los detalles de la apertura en la que los brasileños han invertido millones de reales están guardados de manera celosa. Aquellos que han participado en los ensayos generales tienen prohibido revelar cualquier detalle.

Lo que sí adelantaron los organizadores es que la ceremonia comenzará con un discurso de bienvenida para luego pasar al izamiento de las banderas y al desfile de los representantes de los más de 200 países participantes.

Acto seguido, más de 300 bailarines actuarán en el centro del estadio con bailes de samba y bossa nova, ritmos tradicionales del pueblo carioca. La magia en el escenario ha sido preparada durante el último año por la experimentada coreógrafa Deborah Colker.

La cultura local tendrá un espacio reservado en el espectáculo que culminará con el encendido del pebetero. El nombre de quien prenderá el fuego aún es un misterio, aunque en días anteriores “Rey Pelé” declaró haber recibido una invitación para ser el encargado del emotivo momento.

Para rematar, el estadio se llenará de ritmo con las participaciones artísticas de Nelly Furtado, Daddy Yankee, The Black Eyed Peas, Juanes y el puertorriqueño Marc Anthony.

No pueden faltar los autores anfitriones Caetano Veloso, así como la súper modelo Gisele Bundchen, pondrán el acento portugués a la fiesta.

La organización del espectáculo, en el que México desfilará con 60 atletas y 12 personas de pantalón largo, está a cargo de Fernando Meirelles, quien se hizo famoso luego de dirigir la película “Ciudad de Dios”.

Se prevé que la apertura tenga una duración de poco más de dos horas y será transmitida a nivel mundial.

Quizás, advierten los anfitriones, la inauguración carioca no se compare con la excentricidad de Beijing 2008, los efectos especiales de Atenas 2004 o la tecnología de Londres 2012. Sin embargo, con una explosión de color y cultura, Río de Janeiro pretende conquistar al mundo a su manera; con ritmos, colores y alegría.

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