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Nadie me ha regalado nada

Nadie me ha regalado nada
05/12/2013 |01:17
Redacción Querétaro
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Luis Rivera jugaba futbol antes de entrar en el camino del atletismo en el que se ha encumbrado.

Eso de patear la pelota era lo suyo, hasta que un día cualquiera su entrenador en el balompié le vio un talento que quizá estaba escondido: tenía una velocidad atípica, sorprendentemente superior a la de sus compañeros. Ahí cambió su vida deportiva para siempre.

“Empecé jugando futbol y mi entrenador de futbol había sido atleta de joven y me dijo ‘oye como que tú corres más rápido que los demás niños’ y con base de prueba y error, pues llegamos al salto de longitud”, rememora Rivera. “El primer año tuvimos un buen resultado y nos enganchamos más y más”.

Tras el “descubrimiento”, fue cuando el joven Luis probó cambiar de deporte. Su crecimiento fue exponencial, hasta desembocar en ser el primer mexicano en lograr una medalla en pruebas de campo en un Mundial de Atletismo. Ganó el Premio Nacional de Deportes y busca ser medallista olímpico.

Este año “ha sido el mejor año de mi carrera deportiva y estoy muy contento de cómo se ha dado. Quiero seguir en este nivel, disciplinado por este deporte”.

Aterrizado, con humildad, el atleta sonorense afirma que “nadie me regaló nada. Todos los días durante 15 años le he dedicado tres o cuatro horas a este deporte. Cada quien recoge lo que siembra. La capacidad la tenemos los mexicanos. Siempre hay que tener las ganas y la convicción de disciplinarse”.

Rivera luce como un atleta que no tendrá sucesores. Como si fuese un garbanzo de a libra. Más allá de cualquier asunto entre autoridades y atletas, conmina a los deportistas a tener fe en su potencial.

“Primero que nada tiene que pasar por los deportistas, que de verdad se crean que pueden ser de lo mejor del mundo”, señala. “Luego, viene un trabajo más estructurado y planificado con las autoridades”.

—Oye Luis, y a todo esto, ¿a qué equipo de futbol le vas?

El medallista mundial duda y al fin se atreve a contestar, bromista y con cierta pena.

“A la Selección Mexicana...[risas], no es cierto...A los Naranjeros de Hermosillo del beisbol [risas]. No, ya en serio, a los Rayados de Monterrey”, revela.