Nueva York .— El jefe de oficiales de la NFL, Dean Blandino, dijo ayer que el no castigar a Dallas por una interferencia de pase sobre el final del partido era debatible, pero admitió que sí hubo un error porque se debió penalizar un sujetado en contra del linebacker Anthony Hitchens.
Blandino dio sus declaraciones a la cadena de radio de la NBC.
“Al revisar la llamada vemos que es una decisión de juicio que pudo irse para cualquier lado”, dijo Blandino, quien acepta que lo evidente es que el jugador de Dallas toma del jersey a su oponente y se debió marcar un castigo de cinco yardas.
Eso le había dado a los Lions un primero y diez. Al no sancionarse la jugada, Detroit despejó en cuarta y una y Dallas tomó la pelota y anotó el touchdown decisivo.
Otra polémica decisión de los oficiales vino porque el receptor Dez Bryant entró al campo para alegar la llamada inicial de los oficiales, algo que se sanciona con conducta antideportiva.
Blandino dijo que esa llamada se hace a discreción del oficial y que en esta caso no fue así. Un castigo por conducta antideportiva se castiga con 15 yardas que le habrían dado primero y diez a los Lions.
Antes del inicio de temporada, Blandino fue visto saliendo de una fiesta de los Cowboys con el hijo del dueño, Stephen Jones.
“La gente puede creer lo que quiera, pero una cosa no tiene que ver con la otra”, afirmó.