Pareciera ser simple espectador de la batalla librada por José de Jesús Corona y Alfredo Talavera, en pos la titularidad durante la Copa América, pero Édgar Melitón Hernández valora cada instante en la Selección Nacional.
No es que el guardameta del Veracruz se sienta derrotado. Compite con dos hombres habituados a estar en el Tricolor, a diferencia de él, por lo que no le interesa ser considerado el tercero para Miguel Herrera.
Lo que le importa es formar parte de un grupo que anhela hacer historia en Chile... Y cumplir un sueño personal.
“Si hubiera sido de utilero o aguador, aquí hubiera estado. Estoy con la Selección”, recuerda el jarocho, quien detesta que le llamen Melitón. “El que decide es Miguel Herrera.
“Voy a trabajar a mi 100% o hasta más. Lo que me dé. Si mis piernas ya no pueden, el corazón es el que tiene que entrar...”.
—¿Sueñas con ser el titular en la Copa América?
—No me cobran por soñar.
Mucho menos a causa de disfrutar un llamado esperado, más allá de la alta competencia que actualmente existe entre los porteros mexicanos.
Hernández está consciente de lo difícil que es llenar la pupila del entrenador nacional, sobre todo si se compite con Corona y Talavera, quienes “son unos monstruos. Hay que aprender de ellos.
“Me han cobijado muy bien, me ayudaron a cambiar el chip de lo que viví [en la Liguilla, con los Tiburones Rojos] y [quiero] disfrutar cada momento, pelota, roce con los compañeros”, agrega. “Estoy en la Selección Mexicana, agrecido con Dios. Quiero entrenar bien, obedecer —que es lo más importante, lo que pide Miguel Herrera— y cuando me diga que debo estar dentro de la cancha, hacerlo con mucho honor”.
Aquella terrorífica velada ante el Querétaro, cuando dos errores suyos costaron la eliminación, ha sido guardada en el baúl del olvido.
“Un partido no te define como lo que eres. Esto es de muchos años”, sentencia. “Hoy por hoy, se está reflejando mi trabajo. Me dijeron que viniera y tengo que hacerlo.
“Es Selección Mexicana y [me siento] agradecido con Dios por vivir todo esto. Para mí, es como un sueño...”.