Los Pumas están peleados con el decoro. En su último juego como locales del torneo, apenas rescataron la igualada frente a Santos (2-2), que en dos ocasiones dejaron ir la ventaja de un gol, para después pagarlo con la eliminación.
Aunque los felinos saltaron a la cancha sólo con la idea de darle una pequeña alegría a las gradas del Olímpico Universitario, la conexión con el público no era la misma, luego de ser increpados a media semana por barristas que les cantaron “sus verdades”.
El estadio, que se acostumbra pletórico, ayer lució zonas despobladas para contabilizar más de 15 aficionados. ¿Quién quiere ver a su equipo hundirse más? Los auriazules son sotaneros y difícilmente saldrán de ahí, porque son el peor equipo del certamen, con 12 puntos. Mientras, los albiverdes tienen 17, insuficientes para clasificar.
Con el sol a plomo, el primer tiempo sirvió sólo para afinar puntería para ambas escuadras. Las emociones llegaron en la segunda mitad, con anotaciones de Julio Furch (54’) y Djaniny Tavares (69’), lo que forzó los respectivos zarpazos de los canteranos Alan Mendoza (66’) y Jesús Gallardo (83’).
Al final, los asistentes ya no se ocuparon en lanzar abucheos, mejor ovacionaron a Javier Cortés, ex puma y actual jugador santista, quien apenas jugó los últimos 10 minutos, no fue relevante y resultó el más laureado por su pasado.
Las puertas del Olímpico no abrirán hasta el próximo año, cuando la pelea sea por alejarse de la porcentual y por recobrar la confianza de la afición, un privilegio que se alcanza con resultados y respeto a su historia.