Los hermanos Escobedo son ejemplo de que el trabajo es el único camino para llegar a triunfar en la vida, los queretanos, destacan por su labor como pilotos de motocicletas en circuitos del Campeonato Nacional de Velocidad, pero a la vez, son un ejemplo de lucha como profesionales en la vida cotidiana.

Ulysses Escobedo es el mayor de los hermanos, además de ser piloto, estudió la carrera de ingeniería industrial y tiene 10 años trabajando en la empresa Brose, misma que se ha convertido en un patrocinador importante para el equipo de los queretanos.

“Ha sido complicado, pero por ejemplo uno de nuestros principales patrocinadores es Brose, desde hace dos años ha estado apoyando bastante, ya tengo 10 años trabajando con ellos, les gusta mucho el deporte motor y yo estoy muy contento con ellos porque me dan la disponibilidad tanto para las carreras, marketing, es difícil, pero hasta el momento no he tenido ningún problema”, expresó el piloto.

Por su parte, Alain Escobedo, tiene la licenciatura en ciencias de la comunicación, sin embargo, él está más enfocado en el negocio familiar, una llantera que puso hace años su papá, el señor Ulysses Escobedo, y que ahora Alain se hace cargo.

Hacemos lo que nos gusta.

“La clave de todo esto es la disciplina, mi papá, siempre nos inculcó una disciplina por algo, si vas a hacer algo hazlo de lleno, el estudiar fue una herramienta indispensable para estar donde estamos, debemos tener algo con qué defendernos, esto no es para siempre y tenemos la fortuna de hacer lo que nos gusta, de que nos paguen por lo que nos gusta y es una cadenita que te lleva al éxito”, explicó Alain.

Ser deportista en nuestro país no es para cualquiera, no solamente el talento te lleva a hacer grandes cosas, se necesita de apoyo y determinación, ser atleta de alto rendimiento y profesionista es algo que para algunos resulta imposible, pero los hermanos Escobedo lo hacen tangible.

“El trabajo sigue siendo y siempre va a ser fuerte porque siempre va haber alguien que quiere tu patrocinio y estar en tu lugar, es donde tienes que seguir peleando la lucha por ese lugar; la ayuda de los patrocinadores ha sido indispensable porque sin ellos no podríamos solventar una carrera, es indescriptible la ayuda que tenemos detrás de cada carrera”, mencionó Alain.

Competencia constante.

Si bien, forman parte de un equipo dentro del mundo del motociclismo, los hermanos Escobedo saben que están en constante competencia por alcanzar los mejores lugares dentro del campeonato.

“Es algo complicado, porque al final entrenamos juntos, nos preparamos juntos, los dos estamos al mismo nivel y como todo, hay pistas que se le dan más a él otras a mí, pero en pista siempre tratamos de ir juntos, al final siempre será una pelea, pero nunca va a ser igual como con otros pilotos. Siempre tratamos de no hacer algo tan arriesgado porque si al final alguien de los dos gana es bueno para el equipo y al final nos cuidamos”, dijo Ulysses.

Para Alain, su hermano representa un gran apoyo en su vida y en la pista, aunque las personalidades sean tan diferentes.

“Somos muy diferentes de actitud, Ulysses en muy cuadrado y yo siempre busco la forma, Ulysses piensa mucho su estrategia, yo soy un poco más aventado, y nos ha traído problemas, pero a fin de cuentas son carreras; en cuestión de equipo, yo no sé qué haría sin él porque nos vamos cuidando, él y yo nos entendemos en el momento de saber que vamos peleando un lugar”, mencionó Alain.

Ulysses ya ha sentido ganar un campeonato en lo que más ama. La experiencia lo ha hecho aprender de sus errores, sobre todo en el tema de las lesiones, que para él es el mayor temor dentro de la pista.

“Todos tenemos miedo a lastimarnos, nos ha pasado muy seguido, conforme vas creciendo te cuesta un poco más recuperarte, pero vas teniendo más madurez y te vas lastimando menos”, dijo.

Por su parte, al ser un hombre muy extrovertido, Alain también guarda cierto miedo por las lesiones, sobre todo aquellas que lo pueden llegar a dejar inmovilizado.

“Cuando llego a tener una lesión me pongo muy triste, porque no puedo hacer nada y es lo que me apasiona, la última vez, tuve una caída anímica fuerte porque tuve que dejar de entrenar, me orillan a estar tranquilo cuando soy una persona muy hiperactiva, a eso le tengo miedo. Le tengo miedo a la muerte, pero los pilotos le jugamos al vivo, bien dicen que cuando te toca, te toca (sic), pero lo tengo más miedo a no ser funcional”, comentó el menor de los hermanos.

Agradecidos con el deporte.

Luego de 17 años de carrera dentro de las pistas, Alain considera que este es el mejor momento para el equipo, sabe que han hecho sacrificios para llegar a obtener buenos resultados y sobre todo para responder de buena forma a la gente que los ha apoyado todos estos años.

“Puedo decir que me encuentro en una de las mejores etapas, como carrera y persona, el ir creciendo en este ámbito te pierdes de muchas cosas, eventos de amigos, de familia. Como piloto siento que he mejorado mucho, las motos nos han ayudado bastante, tenemos motos de las más rápidas en el campeonato y me siento bastante contento de tener un equipo fuerte, a mi hermano y a mucha gente que nos apoya y que sigue creyendo en nosotros”, expresó.

Dos hombres sencillos, agradecidos por lo que se han ganado gracias a su trabajo, si el motociclismo fuera una persona, Alain le agradecería por las experiencias y sobre todo por la unión de su familia.

“Gracias por todo lo que me ha hecho vivir, porque unió mucho a mi familia, el hecho de irnos todos los domingos a la carrera, le doy muchas gracias al motociclismo y al deporte porque nos unió”, expresó.

Mientras que Ulysses, también se siente agradecido por las vivencias, lugares, personas que forman parte de anécdotas y del equipo. “Le daría las gracias por lo que me ha hecho como persona hasta hoy, finalmente me he enfocado en una disciplina, me ha hecho ser profesional, perseverante y estoy agradecido por todos los momentos que me ha enseñado a vivir, y me ha dado la dicha de disfrutar”.

El equipo de los Escobedobros, como se hacen llamar, mantiene una especie de doble identidad, dos hombres responsables que entre semana asumen un cargo dentro de una empresa; pero que al llegar el fin de semana, se enfundan en su traje, casco, botas y guantes y la adrenalina los transforma en su verdadero yo.

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