ATLANTA.— Miembros de generaciones distintas que coincidirán por única vez en la XX Copa del Mundo, lo que explica las esperanzas cifradas en una tercia de zagueros centrales con bagaje europeo, más allá de las falencias acusadas antenoche.

Pese a que Francisco Javier Rodríguez, Juan Carlos Valenzuela y hasta Enrique Pérez siguen en carrera, Miguel Herrera planea que Rafael Márquez, Héctor Moreno y Diego Reyes formen el corazón de la defensa tricolor. Los utilizó juntos, por primera vez frente a Nigeria.

El futbolista del Espanyol cree que reúnen todas las cualidades necesarias, mas admite la necesidad de demostrarlo cuanto antes sobre el césped.

“Juntamos experiencia, juventud, talento, ubicación y unión... Sería importante mostrarlo dentro de la cancha”, aclara Moreno. “Por beneficio de la propia Selección, la gente que esté mejor preparada para lo que será el inicio de la Copa del Mundo, contra Camerún, tiene que jugar, porque primero que nada, como aficionado mexicano, quiero que a la Selección le vaya muy bien. Si me toca estar dentro de la cancha, daré todo para que así sea”.

Chocar con las Águilas Verdes fue un ensayo inmejorable de cara al duelo contra los Leones Indomables. Durante los primeros minutos del juego del miércoles, la potencia y velocidad africanas desnudaron ciertas fallas de los zagueros, esas que El Káiser de Michoacán promete resolver lo antes posible.

“[Vi a Moreno y a Reyes] bien, todos hicieron un gran trabajo, su esfuerzo; tienen calidad, por eso están en Europa”, subraya. “Sí es el único partido [que tuvieron con el Tricolor para ser probados], pero hay que respetarlos. Debemos darles su lugar”.

“Quizá, nada más [debemos] aprender [de lo sucedido] en los primeros minutos, en los que [los nigerianos] nos apretaron bastante bien, tuvieron algunas llegadas, dejamos espacios atrás y eran muy rápidos, pero después nos adaptamos y propusimos, tuvimos más el balón, llegadas”.

Funcionamiento que sería imposible sin la solvencia que deben aportar los tres. Con 21 años de edad, Reyes es el más joven, por lo que intenta aprovechar cada minuto para absorber las enseñanzas que sus socios le dan con el simple hecho de compartir el campo.

“[Me sentí] muy bien. Son grandes jugadores, mejores personas”, describe. “Tienen mucha calidad, experiencia. Estoy aprendiendo mucho de ellos y me encuentro bastante contento de jugar a su lado”.

Sus cómplices experimentan lo mismo. Héctor insiste en que sólo necesitan tiempo, cualidades les sobran.

“No voy a descubrir algo: son excelentes jugadores. Rafa, con toda la experiencia que tiene, y Diego, con un futuro enorme, te hacen las cosas mucho más fáciles”.

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