El eterno malquerido en CU levantaba los brazos y corría desaforado, ebrio de felicidad. En la tribuna, los gritos de gol eran tímidos, pues a los seguidores de los Pumas les costaba trabajo celebrar el doblete de Dante López. Era díficil desechar la religiosa costumbre de abuchearlo cada 15 días.

Pero ese denostado delantero felino, que volvió a Universidad sin miedo a los reproches, resultó el artífice de una victoria 2-1 sobre Chiapas que huele a Liguilla y sirve para que los auriazules se posicionen en tercer lugar del Clausura 2014 con 21 puntos.

“Nada [que decirle a quienes me critican]. Nunca me metí con ellos y no me voy a meter tampoco ahora. Hay que disfrutar el momento y hacer lo que viene lo mejor posible”, declaró López al final del encuentro en el estadio Olímpico.

Dante tuvo su premio por la fe en sí mismo. Nunca ha sido un derroche de técnica individual y él lo sabe. Por eso no paró de correr en un balón retrasado que llegó a los pies del meta jaguarAlfredo Frausto. Fue tanto el empuje del paraguayo que le robó el balón al portero chiapenco para empujarlo a la red (34’) y celebrar su gol.

Cerca de 10 minutos más tarde, el apodado DL9 remató un servicio de Efraín Velarde para sellar una conquista más (44’). Ese par de anotaciones no las lograba en CU desde el 22 de agosto de 2010, (Pumas 4-1 Puebla).

Así, López Llevó a Universidad al triunfo, pese al descuento de chilena de Avilés Hurtado (79’). Al final del duelo, Dante salió de la mano de su hijo, el único que siempre lo ve como un héroe aunque los fans pumas se cansen de abuchearlo cada 15 días.

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