Futbolistas con sueños mundialistas, como el campeón leonés Luis Montes, se “rompieron” antes de la Copa. Algunos otros se fracturaron en la recta final, son los casos del también mexicano Héctor Moreno o del astro brasileño Neymar. Pero las lesiones musculares, como la del argentino Ángel di María, los calambres, la falta de resistencia, obedecen a la ausencia de un trabajo físico adecuado.
“En la actualidad, la gran frecuencia de competencia hace que hayan disminuido los tiempos dedicados a la preparación física y técnico táctica de los jugadores”, argumenta Ariel González, ex preparador físico de la Selección Mexicana. “Esto se refleja en la cantidad de lesionados que existen en todos los países, el tipo de lesiones que aparecen, incluso en el nivel de juego”.
De entrada “tú ves que los jugadores se acalambran, no están en condiciones de aguantar las exigencias del futbol; los compromisos se incrementan, lo que está en juego aumenta y las cargas pareciera que no reflejan las exigencias. Nos estamos olvidando de la máquina del hombre, del animal”, reclama.
El experto hace una comparación entre las horas que le dedica un futbolista a su actividad profesional con las de otros deportes.
“Mira, el deporte implica ciencia y arte. Esa parte te la pueden dar los exámenes fisiológicos, las pruebas de campo. Después, otra cosa es lo que ves a diario, cómo se mueven, y de acuerdo a eso, sacas conclusiones y tratas de descansarlos más o darles más carga. En el futbol, los tiempos de entrenamiento son relativamente bajos, por lo que no me preocupo por el exceso, sino por el defecto, lo que tienen que hacer todavía para cumplir con todas las necesidades de este deporte”, evalúa.
“Es decir, las 10 horas de entrenamiento a la semana que hacen, y te estoy hablando de un tiempo exagerado para la mayoría de los equipos, esas 10 horas no alcanzan para cumplir con todas las exigencias físicas, técnicas y tácticas que tiene el futbol”, afirma contundente.
“Si piensas que hay deportes donde se entrena 30 ó 40 horas, en el futbol se entrenan 10 semanales, entonces o este deporte es muy simple o los otros deportes están totalmente equivocados en sus cargas”, señala.
“Por ejemplo, un volibolista que te entrena seis horas diarias y antes de la final de un Campeonato del Mundo, en la mañana te hace un trabajo de fuerza, esas cosas en el futbol serían inimaginables. En el futuro, si no queremos tener tantos lesionados, hay que aumentar las cargas, no disminuirlas”, aconseja.
“Creo que la Federación [Mexicana de Futbol] y la FIFA tienen que tener un calendario más humano que permita recuperarse de las competencias, porque estos muchachos no son máquinas y poder hacer más trabajos generales que les den bases y sustento para jugar en alto nivel”, redondea Ariel.
Daniel Ipata, director de Elite Training Center, reprocha que, con el fin de obtener recursos económicos, los clubes y selecciones tienen que competir en torneos que llevan a los jugadores a un “límite que ya se superó” física y mentalmente.
“El futbol es un deporte, un espectáculo, mas también un negocio. Los equipos cada día tienen que jugar más partidos para mantener el show business permanentemente. Pero la resistencia física y mental tiene un límite y ya se pasó”, dice el uruguayo.
Al mismo tiempo, González comparte que “la pretemporada es un momento del año donde sí se puede hacer un poco más de trabajo, porque hay más disposición de tiempo, pero en el futbol debemos seguir entrenando todo el año y no pensar que con 15 días de labor vas a mantener el nivel de tus cualidades motoras durante seis meses”.
Y es que “los tiempos de duración de mantenimiento son proporcionales al tiempo que utilizaste en desarrollarlos”. Entonces “estamos dedicados a eso, en un buen hotel, con golf, playa, pero tienes que seguir entrenando todo el año”, recomienda.