PITTSBURGH.— Los Acereros están desesperados por un triunfo, quieren evitar a toda costa una marca de 1-3, algo que no le ocurre a esta franquicia desde 2006, su última campaña no ganadora (8-8). Quieren resurgir durante el Clásico de Pennsylvania.
En aquella temporada, como en la actual, Pittsburgh tenía marca de 1-2, regresó de su semana de descanso y San Diego le propinó su tercer descalabro en fila.
La buena noticia es que tienen de regreso a los defensivos Troy Polamalu y James Harrison, así como a su corredor titular Rashard Mendenhall, aunque posiblemente tenga mayor actividad el suplente Isaac Redman.
Por su parte, las Águilas de Filadelfia le han puesto mucha emoción a su campaña, tienen un par de victorias por un punto y una más de dos, pero en todas ellas iban abajo en la pizarra y remontaron.
Con los Acereros ha pasado totalmente lo opuesto, pues han dejado escapar sus ventajas en el último periodo en ambos descalabros.
Polamalu y Harrison regresan a la Cortina de acero, que tan sólo ha generado cinco capturas y que ha permitido que sus rivales le concreten 48.5 por ciento de las terceras oportunidades.
Los Acereros quieren retomar el sendero del triunfo, pero deben imponer respeto en su casa, el Heinz Field, donde han ganado nueve de los últimos 10 y tan sólo han permitido 9.3 puntos por partido, más no será sencillo.
Filadelfia posee la quinta mejor ofensiva de la Liga (417.8 yardas por partido), pero es la 30 cuando se trata de anotar (16.5 puntos por juego), además ha perdido 12 balones esta campaña.
El quarterback de Acereros, Ben Roethlisberger, posee el segundo mejor rating de la NFL (109.2), ha lanzado ocho touchdowns y una intercepción, pero ha sido capturado nueve veces, pero tiene marca de 13-1 ante rivales de la Conferencia Nacional.
Michael Vick, pasador de las Águilas, desea mantener la racha ganadora, aunque no ha tenido un buen inicio de campaña, pues sólo ha enviado cuatro touchdowns y tiene seis intercepciones; si no lo presionan es una amenaza.