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De pronto, a los 17 años tendrán el mundo a sus pies. Los reflectores, las entrevistas y los altos sueldos llegarán al entorno de los seleccionados Sub-17. Rafael Márquez se preocupa por ellos. Por eso pide que el futbol mexicano los cobije para que más allá de los dólares, ambicionen convertirse en jugadores de élite.
“A veces, desafortunadamente fuera de la cancha, les llega la fama muy rápido, les llega el dinero muy rápido y se conforman con eso; no buscan la excelencia de llegar a jugar en Europa”, alerta el ex defensa del Barcelona. “Hay que darles esa humildad, esas ideas como una meta para que lleguen a ser grandes futbolistas”.
Intranquilo por el futuro de las promesas del balompié tricolor, el tres veces mundialista hace una especie de manual. En él, involucra a todos los actores del futbol mexicano para que sean copartícipes del despunte de los chavos que mañana jugarán la final de la Copa del Mundo Infantil ante Nigeria.
“Sí hay una buena planeación para esos jugadores, no habrá problema en tener sus procesos bien”, indica el defensa del León.
El primer paso apunta hacia los dirigentes de la Federación Mexicana de Futbol. Márquez exhorta a que se modifiquen los reglamentos para que se les den más oportunidades a los jugadores nacionales sobre los foráneos.
“Por las exigencias de los equipos, se buscan jugadores más hechos en el extranjero y no siguen con el proceso de los jóvenes que se tienen en México”, lamenta. “Una de las cosas que podrían ayudar al futbolista mexicano es la reducción de extranjeros”.
Márquez después apunta hacia los clubes. Hace ver a los directivos que formar futbolistas de calidad para después venderlos puede servir para sanear sus finanzas y tener un buen negocio.
“[El logro del Tri Sub-17] le tiene que hacer ver al directivo que es el futuro del futbol mexicano y quien les va a dar la economía para ayudar a los clubes”, enfatiza.
El ejemplo de este punto es el Atlas —explica— porque “desde hace 10 años han sacado buenos jugadores, que han sido base de la Selección, ha sido cantera importante, y quizá el equipo que más ha vendido jugadores tanto en el país como en el extranjero”.
El ex culé, finalmente, se dirige hacia los entrenadores. Sólo les pide una cosa: “Continuidad, porque en dos equipos que han salido campeones, pocos [jugadores] están en Primera División. Hay tres o cuatro que sí han emigrado, pero les falta continuidad en ese proceso de formación para que no se pierdan y hay que guiarlos”.
El resultado de seguir esos consejos que entrega Márquez es que el futbolista tricolor que hoy brilla como Sub-17 no se perderá en el camino y podrá “ser base del futbol mexicano y de las Selecciones que siguen” para que México aspire algún día a ser campeón del mundo absoluto.