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Cuelga por unas horas el atuendo azulcrema. Ya habrá tiempo para pensar en la vuelta frente al Toluca. Antes, muta otra vez en Piojo tricolor y observa el sorteo de Brasil 2014.
Miguel Herrera sonríe. La suerte ha sido echada. La Selección Mexicana compartirá el primer sector con el Scratch du Oro, Camerún y Croacia. Está seguro de que avanzará. Se trata de un soñador, el hombre que se ha propuesto marcar historia.
Para él, aspirar a jugar cuartos de final es muy poco, sin importar que el hipotético cruce de octavos presente a España y Holanda.
“Un Mundial diferente no es buscar un quinto partido”, sentencia el director técnico nacional, en charla con EL UNIVERSAL. “Estar entre los cuatro primeros del mundo sería... ¿Por qué no soñar con ser campeón del mundo? Se vale”.
“Si arrancas un Mundial, estás con la posibilidad de serlo. Si quedas eliminado, tienes que esperar cuatro años para poder volver a pensar en eso”.
La idea es que inicie el proceso rumbo a Rusia 2018, mas quiere aprovechar esta oportunidad.
“Afortunadamente, México está dentro de las cinco Selecciones que más Mundiales juegan”, valora. “¿Por qué no soñar con eso [llegar a semifinales]? Después, hay que aterrizarlo. Sabemos que se ve difícil ¿Por qué no aterrizar las ideas partido a partido? Buscar que el equipo vaya creciendo”.
“Después de nuestro grupo, el cruce es muy fuerte, pero imagínate si llegas a pasarlo... Sería corto de pensamiento si uno nada más se enfoca en el quinto partido”.
—¿Avanzarás a octavos?
—Seguro que sí. Aunque nuestro cruce también está muy complicado, bravo, pero siempre sueño. Imagínate: vamos a pasar en nuestro grupo y el cruce es muy fuerte, ya sea Holanda o España... O Chile, pero si este último elimina a uno de esos, quiere decir que también está muy bien. Si llegas a pasar a uno así, estás para marcar una gran diferencia, ya sacaste a uno de los grandes favoritos para el Mundial.
—Y a soñar más..
—No, tus sueños empiezan a aterrizar.
Todo estará respaldado, asegura, en un combinado desinhibido, al que no asustará medirse con el pentacampeón en su casa; mucho menos se dejará intimidar por los veloces cameruneses y talentosos croatas.
“Si los vamos a esperar atrás, seguramente nos van a pintar la cara, porque tienen esa calidad, con jugadores que —en cualquier momento— cambian el rumbo de un partido”, subraya. “Si nos sentamos a esperar, nos vamos a regresar a casa con los brazos cruzados y la idea de que no hicimos algo por cambiar la historia”.
Jamás se lo perdonaría, porque es un soñador empedernido... Y lo hace en grande.