Son dos actividades que parecen distintas. La política y el futbol lucen distantes, sin punto de comunión o cercanía. Pero Adolfo Ríos, hoy precandidato a la alcaldía de Querétaro, lamenta que exista un punto en el que ambas convergen: la corrupción.
El ex portero de Pumas, Veracruz, Necaxa y América revela que hubo entrenadores que se le acercaron a pedirle la mitad de su salario a cambio de dejarlo jugar. Cuando fue directivo, promotores le solicitaron un porcentaje mayor al que correspondía. Ríos no aceptó los sobornos.
“Se parecen mucho [la política y el balompié]. En ocasiones me han preguntado eso. La toma de decisiones, gente buena, no tan buena; te encuentras con honestidad y corrupción. Con gente que de repente te apoya, te traiciona. No es tan diferente, cambian los escenarios, nada más”, lamenta el miembro del Partido Encuentro Social en entrevista con EL UNIVERSAL DEPORTES en Facebook Live.
“Nos enfrentamos a varias situaciones en que había entrenadores que podían pedirte un porcentaje de tu sueldo. Había mucha más gente buena, pero había algo entre intermediarios o representantes que querían un porcentaje mayor al que se les tenía que dar”, denuncia.
El apodado Arquero de Cristo descarta dar los nombres de los implicados en los casos que recuerda, “porque no me gustaría tocar temas de personas que lo hicieron para no manchar la buena imagen que se pudiera tener de ellos”.
Ríos —explica— incursionó en el mundo de la política, debido a que fue invitado por Encuentro Social para buscar la transformación de Querétaro.
Dice que “no quiero ayudar con despensas que le van a durar a la gente dos o tres días, sino con realidades, como el drenaje. Hoy, existen dos Querétaros: el que está bonito y nos gusta visitar; el otro tiene muchas cosas por mejorar, por lo que he enfocado mis energías para que progrese”.
La política suele ser un terreno en el que los nombres terminan por mancharse y las reputaciones terminan por ser sombrías, por lo que los ciudadanos han terminado por decepcionarse.
El ex jugador advierte que no será así en su campaña para gobernar Querétaro.
“Pude ser un buen o mal jugador, comentarista o directivo. Uno tiene errores, porque no se puede ser perfecto y debemos tener un aprendizaje. Lo que puedo decir es que siempre fui honesto y como alcalde tendré coherencia con lo que he sido”, anuncia.