BARCELONA.— Todos sus compañeros se arremolinaron junto a él en cuanto el árbitro Ignacio Iglesias Villanueva oficializó el dramático y vital triunfo del Espanyol sobre el Granada (1-0).
Javier Aguirre y su auxiliar técnico, Alfredo Tena, le rindieron pleitesía unos minutos después... Justo antes de ingresar al camerino.
Acostumbrado a ser un sigiloso obrero, el defensa central mexicano Héctor Moreno se metió en el traje de héroe con aquel cabezazo (79’) que desató el júbilo en el estadio Cornellá-El Prat.
Quedó atrás la racha de dos partidos sin victoria (empate y derrota) para los Periquitos, que sólo tenían seis unidades de ventaja con relación a la zona de descenso. Hoy tienen nueve, gracias a la picardía de un hombre que no estremecía las redes contrarias desde el 7 de abril, cuando abrió el marcador ante el Osasuna (2-0).
Es por eso que el pueblo blanquiazul le regaló una sonora ovación. Rescató un duelo que se complicó antes de llegar a la primera media hora, debido a la expulsión del zaguero Víctor Álvarez (29’).
Los dirigidos por El Vasco Aguirre sabían que se trataba de un choque clave. El Granada sólo tenía un par de puntos menos que ellos. Si no ganaban, el aire empezaría a agotarse.
Panorama que le impidió al Espanyol replegarse, pese a tener un hombre menos. El problema es que los visitantes lucían bastante satisfechos con la unidad.
Con Sergio García como principal referencia en el ataque, los catalanes generaron peligro en el marco defendido por Roberto Fernández. El goleador de los Periquitos anotó (61’), mas fue anulado por una falta del defensa Diego Colotto.
El grito se ahogó en la garganta de Aguirre, Tena y miles de aficionados. Los jugadores del Espanyol parecían resignados... A excepción de Moreno, quien demostró sus dotes de escapista.
Se deshizo de la férrea marca en aquel saque de esquina para llegar sólo a la cita con el esférico. El resto fue simple trámite para un chico que hurtó el traje de héroe en el momento indicado.