MORELIA.— Y les pusieron freno. Morelia estrenó técnico interino, en la persona de Roberto Hernández, le puso más corazón que táctica y dio cuenta de los hasta ayer embalados Pumas, al son de 3-1.
El cuadro auriazul llegó al Morelos con seis juegos sin derrota y los Monarcas con la losa de dos derrotas consecutivas, lo que le costó la cabeza al técnico Eduardo de la Torre. Pero a la hora de la verdad, en el rectángulo verde, el pasado no importó, sólo el presente andante y otra historia se escribió.
El script fue dramático. Pumas se fue al frente con un gran gol de Martín Bravo, quien de remate acrobático mandó el balón al ángulo (44’).
Morelia bailó en piernas, como boxeador a punto del nocaut, hasta que los jóvenes dieron la cara con otro golazo, ahora obra de Armando Zamorano (53’). De ahí comenzó el regreso. Duvier Riascos resucitó con un tanto de cabeza (63’) y Héctor Mancilla se quitó la maldición de no anotar en el torneo, después de una gran jugada de Egidio Arévalo (89’), para finiquitar el marcador.
Así Morelia volvió a la lucha. Los tres puntos lo meten en zona de calificación al sumar 12, en tanto que Pumas se quedó en 14, a la espera de que en el resto de la jornada no lo tumben del tercer lugar.
Por garra no quedó. José Luis Trejo le ha inyectado eso, garra a unos Pumas que por muchos años naufragaron en la impavidez. Como siempre los universitarios iniciaron con la intención de comerse el partido, de acosar al rival, de hacerlo sudar, de hacerlo sufrir.
Y de inicio lo consiguió. El Morelia no sabía cómo detener a los jugadores auriazules, pero en el segundo tiempo logró voltear la tortilla.