Ese tono serio, y a veces agrio, que distingue a Ricardo Antonio La Volpe se suaviza cuando imagina su regreso al banquillo, del que fue apartado tras el escándalo con Belén Coronado, podóloga del Guadalajara.
Han pasado 434 días desde que el ‘Bigotón’ apareció en el ojo del huracán. El 30 de abril de 2014, Jorge Vergara —dueño de las Chivas— anunció que el director técnico argentino estaba fuera del club por una “conducta inapropiada”. De pronto, vivía el trance más oscuro en su carrera.
Lo ha superado y está listo para poner su bagaje, incluido el que le dejó esa experiencia, al servicio de los Jaguares de Chiapas.
“Siempre lo digo: existen momentos muy difíciles para todo ser humano. Pasé uno y lo mío, por ahora, continúa siendo la cancha, mi ilusión, ganas, deseos”, comparte La Volpe, entrevistado vía telefónica. “Lo que pasó, pasó”.
“Vivo el presente, en el que me dan la oportunidad de dirigir a un equipo, que es lo que más gusta. No me divierte, pero me hace sentir bien y que bueno que voy otra vez a las canchas”.
Más allá de que su hoja curricular está repleta de logros, el ex entrenador del Tricolor sabe que el polémico episodio pudo afectarle en los ámbitos personal y profesional, así es que promete no fallar a una directiva que creyó en él.
“Estoy muy enchufado. Tengo que aprovechar esta nueva oportunidad y hacer de este equipo que guste, sea protagonista, que la gente hable, como se hacía de otros conjuntos que dirigí, pero siempre depende de la materia prima”, recuerda. “La estamos teniendo y va a ser un equipo competitivo”.
“Después de lo que pasó, estoy muy fuerte, listo para hacer bien las cosas con el equipo”.
En el que ya impone su estilo. Está consciente de que el libro de vida de la institución sureña se encuentra plagado de capítulos en la lucha por no descender y unas cuantas Liguillas. Nunca ha ganado una serie de fase final, pero el nuevo estratega adelanta que habrá alegrías, con ese estilo que ya es ‘copyright’ suyo.
“Me gusta esa filosofía futbolística. Difícilmente cambiaré a especular”, advierte. “Me gusta que mis equipos tengan la pelota, porque es la mejor defensa. Trataré de hablar con los jugadores, como juego, como me gusta, que parado. Quiero que el equipo tenga ‘pressing’, no dejar pensar al rival... Y voy a seguir sobre esa idea”.
Porque su simple presencia en la zona técnica del estadio Víctor Manuel Reyna generará ilusiones en una afición habituada a ser comparsa, rol que el ‘Bigotón’ pretende cambiar desde el certamen que inicia a finales de mes.
“Sé que cuento con un peso específico, sin alguna duda, pero —como he hablado con la directiva— tenemos que hacer una temporada... Ser protagonistas, y la primera meta será entrar en los ocho [clasificados a la ‘Fiesta Grande’]”, comparte. “Después, estando ya dentro de una Liguilla, puede pasar cualquier cosa”.
En especial, si se cuenta con un hombre que suma 669 partidos de Liga dirigidos dentro del futbol mexicano y más de tres décadas de experiencia, además del Mundial Alemania 2006.
“La dirigencia me va a exigir, porque soy la cabeza de este plantel, que seamos protagonistas de un campeonato, estemos dentro de los primeros lugares. Eso siempre está, porque México es uno de los países más fuertes. No sé si es irregular, como dicen los periodistas”, cuestiona. “Lo considero fuerte, porque verdaderamente no hay algún equipo chico, no existen las diferencias que veo en España, Alemania, donde del segundo o tercero hacia abajo hay un abismo entre los puntos”.
Otro motivo para sentirse listo de cara a su soñado retorno.