Houston.— A un uruguayo no se le puede dar una pelota parada, tarde o temprano acabará con su rival de esa forma. En el Mundial de Rusia anotaron siete goles, de los cuales cinco fueron a balón parado. Así, con la especialidad charrúa, tuvieron que pasar sólo 41 minutos para que anotaran tres goles de esa forma: uno en tiro de esquina, uno de tiro libre y otro de penalti.
Y cuando se pensaba que no podían ser más humillados los mexicanos, Luis Suárez se empeñó en ridiculizarlos. Inició con un tiro libre que evidenció la falta de concentración, poco después tirando un penalti a lo Panenka, pero lo más profundo debió ser el pase de rabona que derivó en el cuarto gol.
Muchos errores, falta de seguridad y marcas perdidas. Jonathan dos Santos que no saltó en la barrera, Jesús Gallardo que no supo anticipar a José María Giménez, Jesús Angulo que cometió una falta en el área porque le ganaron la espalda. Fallas en momentos determinantes, obviamente una selección con la capacidad y nivel de la uruguaya te hace pedazos si le regalas opciones como lo hizo la mexicana.