Minuto 94... Honduras estaba cerca de la hazaña cuando sucedió: Gol de Costa Rica, gol de la clasificación al Mundial, gol de la decepción catracha.
La gente se paseaba por el aeropuerto de San Pedro nerviosa, viendo por las pantallas que el juego se alargaba más de lo debido gracias a los seis minutos de compensación que dio el árbitro mexicano César Ramos.
El gol que había marcado Eddie Hernández los tenía adentro, pero el tiempo marchaba lento, demasiado lento.
Los gritos de “ya acábalo hijo de puta… mexicano vendido”, no paraban de parte de la gente, más cuando el reloj asomó de tiempo de compensación.
Y sucedió.
Minuto 95 y Kendall Watson marcó el gol de la clasificación, de la polémica. El público tico brincó de gusto, el público catracho guardó silencio.
Por ahí se alcanzó a escuchar: “Mexicano mal parido”.
Todos se retiraron a sus deberes, sólo quedó un hombre frente a una televisión, viendo el festejo costarricense y el sufrir hondureño… “ahora nos la vamos a jugar contra México”, se dice…y “el estadio no se va a llenar”.
