ABU DHABI.— Con sabor a revancha, México cultiva la ocasión de cobrarle a Nigeria aquella afrenta sufrida al inicio del Mundial Sub-17 de Emiratos Árabes Unidos. Qué mejor que concretarlo en la gran final del certamen, luego de reponerse de ese descalabro inicial, precisamente a manos del verdugo africano, que impactó seis goles en contra de la meta del nuevo héroe nacional, Raúl Gudiño.
Repuesto del 1-6 en contra, el técnico tricolor, Raúl Gutiérrez hilvanó éxitos sobre Irak y Suecia, hasta impactar en octavos, cuartos y semifinales a históricos de la talla de Italia, Brasil y Argentina. Hoy, el desafío del Potro será cobrarse el descalabro para asegurar su segundo título y el tricampeonato nacional.
Será en el estadio Mohammed Bin Zayed donde los niños desafíen al único oponente que los puso en jaque en la fase de grupos.
El tropiezo devastador fue de tal magnitud que lo que sucedió después implica un cambio radical. Raúl Gudiño, el chamaco sensación bajo los tres postes, toleró dos tantos más en los restantes cinco encuentros de México: uno en el 3-1 sobre Irak y otro en el 1-1 contra Brasil, que forzó a la serie de penaltis en cuartos de final. A partir de ahí, Gudiño se constituyó en pieza clave al atajar dos intentos desde los 11 pasos a los amazónicos.
México, que en Perú 2005 se constituyó en potencia en esta categoría, al coronarse a costa de Brasil bajo la conducción de Jesús Ramírez, repitió en 2011, ya con Raúl Gutiérrez, en territorio mexicano, esta vez sobre Uruguay.
Los africanos también impactan en Sub-17, al llevarse las ediciones de 1985, 1993 y 2007, para dominar, junto con Brasil.
“Tenemos la espinita clavada de Nigeria y ahora queremos ganarles en la final”, dijo Iván Ochoa, uno de los jóvenes con olfato goleador. “Buscamos una revancha después de lo que pasó, es lo lindo del futbol, que te da revanchas. Será una final que se disputará a muerte”.
A pesar de que los éxitos mexicanos lucen más meritorios, Nigeria aparece como auténtica aplanadora. Además de golear a México, empató 3-3 con Suecia, goleó 5-0 a Irak y en octavos le pegó 4-1 a Irán. En cuartos despachó 2-0 a Uruguay y en semifinales despachó 3-0 a los suecos, los únicos que se le habían indigestado en la etapa de grupos. En total, cinco victorias, un empate y 23 goles, casi cuatro por juego.
“Hemos mejorado mucho desde que los enfrentamos en el primer partido”, presume el delantero keniano Kelechi Ihenacho, autor de cinco tantos en el certamen. “Los vamos a perseguir por todo el campo, los vamos a presionar y no los dejaremos descansar. El trofeo será nuestro”, añade convencido.
“La meta es salir campeones, por eso vamos a jugar”, le responde Ochoa. “Quiero convertir un gol en la final, sería algo increíble”.