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“Persecución contra Fabián”

“Persecución contra Fabián”
09/01/2014 |00:38
Redacción Querétaro
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Si va a misa, malo. Si no va... También. Si sale de noche malo. Si no sale... También. Al final de cuentas, el pasado-presente de Marco Fabián le sigue cobrando factura.

“Es una persecución”, dice firmente Luis Fernando Tena, técnico de Cruz azul, quien no tiene algo qué reclamarle, hasta ahora, en cuanto a disciplina se refiere, al volante ex del Guadalajara.

Fotos de una cena junto a Joao Rojas y Julio César Domínguez hicieron crecer la mala imagen que tiene Fabián, aunque esta acción, nada tenga que ver con eso.

“Es una persecución. Ya no puede ni estornudar. Todo lo que haga saldrá en los medios, y así será por mucho tiempo”, justifica Tena, quien al mismo tiempo entiende que todo esto, “no es injusto. Marco tiene unos antecedentes que no se pueden pasar por alto. La prensa hace su trabajo, aunque a veces... exagera y ahora se exageró mucho”.

Marco Fabián dio la cara ante el incidente, diciéndose harto de que “se metan en mi vida privada. Fue una cena y ya. Como todo mundo puedo salir a cenar”, dijo.

Debido al incidente, Luis Fernando habló con el volante, y le mostró su apoyo.

“Le hemos recomendado que sea discreto, pero de eso a ¡ni pueda salir de su casa¡ ¡Por favor!. No hay nada malo. Es de los jugadores que más temprano llega y lo hace con un buen semblante. Hablé con él, y quiso ir a dar la cara. Está tranquilo, fuerte, pero también sabe que si va a comer tacos... van a hablar, y si va a misa... también van a hablar”, expresó el técnico.

Todo el apoyo de Tena está en el jugador, tanto que para el duelo contra Santos Laguna, repetirá como titular.

“Se ha ganado un puesto con base a su trabajo. Va a iniciar. Está listo para regresar a su nivel, por lo menos mentalmente se encuentra listo”, aseguró Luis Fernando.

Mientras, Marco Fabián abandona el estadio Azul. La gente lo rodea, le pide autógrafos y le grita: “Échale ganas...”. “Rómpeta la ma...”.

Hasta que un aficionado se le acerca y picarescamente le dice: “Te invito una chela”. Fabián, riendo responde: “No, pues qué pasó...” y se va resignado.