Los matadores Octavio García "El Payo" y Alejandro Talavante hicieron vibrar a los asistentes a la plaza Provincia Juriquilla, gracias a sus grandes faenas que les valieron, a ambos, el corte de dos apéndices. Pablo Hermoso de Mendoza salió con una oreja, de su primer ejemplar “Duero”.
Curiosamente, tanto el diestro queretano como el diestro español, lograron cuajar excelentes faenas con sus segundos toros de la noche, que pusieron de pie al respetable, siempre exigente, que registró un lleno impresionante en la plaza para disfrutar la "Sinfonía Taurina", al grado de tener a muchas personas de pie en los pasillos hacia los tendidos y otras más a lo largo del ruedo, en la parte alta del coso.
El primero en lograr las dos orejas fue Talavante. Tras un primer ejemplar con el que se entendió para hacer su faena con el capote y la muleta, le faltó precisión a la hora del acero. Con el segundo de la noche “Guante blanco”, logró una faena redonda, con grandes pases de muleta y arrancando sonoros olés en el público.
La estocada final fue colocada con maestría hasta el fondo de la empuñadura, y al grito de “torero, torero”, el juez se levantó para dar una oreja, pero de inmediato al inconformidad de los presentes hizo que otorgara la segunda.
Octavio García “El Payo” tuvo que esperar hasta el segundo toro para poder encontrar la inspiración. Su primer ejemplar “Guante fino” lo había dejado mostrar los destellos de su grandeza en el ruedo, pero la faena con muleta se vio cortada, pues en una embestida, el toro se rompió la pata derecha, lo cual no le permitió al diestro queretano continuar con su arte.
Ya para su segundo, “El Payo” recobró el nivel y pudo poner de pie a su gente, que no paró de apoyarlo. Mostro su grandeza con el capote y la muleta, toreando siempre muy cerca del bicho, pero coronó su noche con una estocada final excelsa que levantó a todos de sus asientos para celebrar las dos orejas que otorgó la autoridad.
El mejor rejoneador del mundo, Pablo Hermoso de Mendoza, fue el primero en levantar un trofeo, el único para el español, en medio de una sonora ovación, tras demostrar junto con su cuadrilla de pura sangre, su gran nivel, carisma y conexión con la gente que no paró de mostrarle su afecto. Era su primer astado y todos esperaban una mayor entrega por parte del rejoneador para su segundo, aunque esto no sucedió pues falló con el rejón de muerte en tres ocasiones.
Antes de comenzar con su actuación, Hermoso de Mendoza entregó la alternativa al joven rejoneador Rodolfo Bello, el encargado de abrir plaza con gran categoría en su toreo a caballo, con el fondo del tema “Novillero” que celebró el público, pero que no le mereció ningún reconocimiento del juez.
Una gran noche de toreros, acompañada de la música de la Filarmónica de Querétaro y juegos pirotécnicos.