LEÓN.— Es poca la ventaja que León sacó de su casa en el duelo de ida por las semifinales ante Toluca. Poca, pero ventaja. Un zarpazo al diablo, suficiente para soñar en otra final, pero no para dormirse en sus laureles, porque los Diablos son los Diablos.

El gol de Luis Montes hizo que el esfuerzo mostrado por La Fiera valiera la pena y hasta pudo quedarse corto por el dominio que ejerció durante la mayor parte del juego, pero al final sólo sacó un gol de ventaja.

Ahora, el domingo, en el Nemesio Díez, todo se definirá. Poca, pero ventaja al fin. Ventaja que da para soñar pero no para confiarse.

Hay una gran y sencilla premisa dentro del futbol: toco y me muevo, y si hay un equipo que la lleva a cabo al pie de la letra, es el León.

Y es que en La Fiera nadie se queda quieto, en cuanto se tiene el balón, comienza una danza de movimientos que casi siempre culmina con una jugada terminada. A eso se le llama: futbol total.

Montes tocó el balón a la izquierda y se movió, Cárdenas tomó el balón y vio como El Aris Hernández se movió, el lateral mandó el balón al área donde Boselli se llevó la marca para que El Chapito, quien inició la jugada, la culminara con certero cabezazo.

Futbol total. Y la mala noticia no llegó sola, pues enseguida Alfredo Talavera se resintió de un balonazo en el rostro y pidió su cambio.

Toluca ni los cuernos mostró. Fue un zombie durante la primera parte donde prácticamente no apareció.

Pero en el segundo tiempo, los Choriceros mostraron la cola y se acordaron de que saben jugar bien al futbol.

Tocaron la puerta los Diablos y Matosas supo que tenía que mover algo. El Gullit otra vez fue el sacrificado, y otra vez fue abucheado a su salida del campo. El movimiento hizo que León recuperara el dominio del juego, mientras que Cardozo no volteaba a su banca donde Brizuela y Sinha se cansaron de calentar.

Toluca ocasionó peligro, pero Yarbrough, atento, evitó el tan temido gol de visitante.

León se va entonces con una leve ventaja a la vuelta en el Nemesio Díez, una ventaja suficiente para soñar con otra final, pero no para dormirse en sus laureles... Porque los Diablos son los Diablos.

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