Ya pasaron 10 años y la muralla auriazul sigue ahí, fuerte, líder, como si el tiempo no hubiese pasado.

Darío Anastacio Verón Maldonado cumple hoy una década de su debut en la Primera División Nacional con los Pumas (victoria ante Atlas 1-0 el 9 de agosto de 2003).

El agradecimiento del paraguayo al país y a la insitución que le abrió las puertas del futbol mexicano es palpable en el zaguero universitario.

“México y Pumas me han dado todo. He conseguido ser referente en la defensa central de Pumas y he mantenido mi estilo”, considera Verón.

Cuatro títulos de Liga después, el gafete de capitán en el brazo y el respeto del medio futbolístico nacional avalan su trayectoria como uno de los extranjeros más rentables que han llegado a la Liga mexicana. Un central sólido y fiero, virtudes que lo consagran como el felino mayor.

“Los cuatro títulos (bicampeonato 2004, Clausura 2009 y Clausura 2011) son los que he vivido con más intensidad desde que llegué a esta gran institución, los cuales han sido muy importantes para el club y para mi persona, en particular, estoy muy orgulloso de esos logros”, presume el símbolo auriazul.

Darío llegó a Universidad para el Apertura 2003. Había llamado la atención del entonces técnico Hugo Sánchez, luego de que Verón había destacado con el Cobreloa chileno en la Copa Libertadores.

El paraguayo, de inmediato, fue reclutado por El Pentapichichi para engrosar las filas felinas, mismas que no ha dejado en una década.

Apenas llegado a Universidad, el defensa central se convirtió en titular y de a poco se fue consolidando como uno de los ídolos de la afición.

Ninguno de los entrenadores que han pasado por los Pumas ha considerado tenerlo en la banca, como tampoco ninguna directiva ha caído en la tentación de prescindir de sus servicios o traspasarlo a otro club de México o el extranjero.

Lesiones, Vérón también ha tenido muy pocas. La última que se le recuerda fue en el Clausura 2012, cuando se fracturó el quinto metatarsiano del pie derecho.

Pero volvió y sigue vigente. Feroz en la lucha y contundente cuando marca. No se vislumbra en el panorama felino un sustituto pese a los 34 años que tiene su capitán.

Verón ha disputado en Liga y Liguilla 357 partidos, ha anotado 15 goles, recibido 99 tarjetas amarillas y seis expulsiones. El líder auriazul se quiere despedir en el club del cual es ídolo, como aseguró en entrevista con este diario hace unos meses.

“Me gustaría terminar mi carrera acá como profesional. Todo me gusta de Pumas. El cariño de la gente, de mis compañeros, ex compañeros, directivos, es una institución con mucha alma”, anheña.

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