Culiacán.— Inició el efecto Maradona, el que no tiene nada que ver con la cancha, pero que ya se considera un triunfo para la directiva de Dorados. Aproximadamente 50 medios, entre locales, nacionales e internacionales, se dieron cita desde temprano en el aeropuerto internacional de Culiacán para captar las primeras imágenes del nuevo entrenador del Gran Pez.
Poco a poco fueron llegando aficionados, algunos todavía incrédulos de que realmente Diego Armando Maradona llegaría a dirigir a su equipo, ya que ni en su sueño más remoto lo hubieran imaginado.
Cerca de las 14:00 horas, se colocó una valla para darle paso al argentino desde la zona de llegadas hasta la salida del aeropuerto... 20 minutos más tarde, apareció el nuevo entrenador de Dorados. Playera negra, gafas oscuras, gorra y bufanda del equipo que le obsequió el presidente Antonio Núñez.
Al salir, se le arremolinó la afición y sobre todo, los medios de comunicación. Al ver esto, el argentino pidió calma, pero fue más la euforia que terminaron por quitar el cerco de seguridad que se le había puesto para su paso rápido; entre empujones y cuestionamientos de la prensa, salió Maradona poco a poco, bajo la protección de un grupo de seis personas, que le abrieron paso hasta llegar a un convoy de tres camionetas blindadas que ya lo esperaban.
“Estoy contento de llegar, fue un viaje largo, pero con muchas ganas de ver a los muchachos, hablar con el presidente, sabemos que tienen el fin de semana libre, pero el lunes ya debemos preparar el partido del sábado, aquí no se puede perder un minuto”, dijo.
Más relajado, después del caos que se produjo a su llegada, agradeció a su nueva afición: “Estoy ilusionado porque se que lo van a dejar todo, no va a ser fácil y vamos a pedir la colaboración de los jugadores... [la obligación] es de subir a Primera División; no se sube sin sacrificios, con sacrificios se puede todo”.
cetn