Ni el canto del gallo, ni el rugido del jaguar. Queretanos y chiapanecos dividieron puntos (1-1), pero la unidad de poco le sirve a los locales en su lucha contra el Atlas por el no descenso.
Ignacio Ambriz debutaba como entrenador de los Gallos Blancos y el primer objetivo de la encomienda para salvar al equipo era ganar sí o sí ante los Jaguares. Falló.
El estratega incluyó de inicio a un ídolo de la afición queretana. Marco Jiménez saltaba a la cancha como titular, pero no sólo eso, era el capitán.
Diego de la Torre dejó a la afición local con el grito de gol ahogado. Al 29’, disparó de pierna derecha... El esférico se estrelló en el poste y dio en la espalda de Édgar Hernández, portero visitante.
Los sureños reaccionaron y se hicieron de la pelota. Cerca del final del primer tiempo consiguieron la ventaja. Jorge Rodríguez fue el autor de la anotación, tras recibir un pase de Luis Gabriel Rey.
Conforme pasaban los minutos del segundo tiempo, los queretanos se desesperaron más, mientras que los chiapanecos jugaban con eso, tocaban la pelota, pero en cuanto tenían oportunidad mandaban latigazos para Franco Arizala y Rey.
Al 76’, Ambriz metió a Amaury Escoto, quien con menos de 10 minutos en la cancha consiguió el gol del empate. La afición y jugadores explotaron de emoción.
Escoto, el hombre gol de los queretanos, logró anotar su cuarto tanto en el torneo. Oxígeno para los Gallos Blancos, quienes se volcaron al frente en busca de la victoria.
Los Jaguares tuvieron una opción más antes de terminar el partido, pero también fue desperdiciada. Tuvieron que conformarse con el empate.
Resultado poco útil para el Querétaro, que sigue en el fondo de la tabla porcentual.
Los chiapanecos suman siete visitas a La Corregidora, en donde no han caído (dos victorias y cinco empates).