Un millón al mes por el oro olímpico y durante toda la vida. Eso es lo que se llevarán los atletas surcoreanos que tengan éxito en los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang, aunque tampoco es que esa cantidad dé para una vida de lujos, ya que un millón de won son unos 920 dólares (750 euros).
Quizá sea más atractivo para los atletas locales el hecho de librarse del servicio militar si se obtienen una medalla olímpica. En los premios que ofrecen a sus deportistas, algunos países son ingeniosos, otros generosos y alguno incluso avaro. A continuación, unos algunos ejemplos:
LOS GENEROSOS: Un campeón olímpico italiano recibe 150.000 euros (183.800 dólares) de inmediato y además otros 30.000 durante cuatro años. Para plata y bronce hay normas similares pero con algún dinero menos. También los letones, con 140.000 euros por el oro, y los lituanos, que recompensan la victoria con 140.000 euros y un coche, están entre los desprendidos. Un campeón búlgaro recibe con 127.000 euros también una buena inyección a su cuenta.
EL MODELO PENSIÓN: Además de un premio libre de impuestos de 50.000 euros, cada ganador de medalla polaco recibe a partir de los 40 años una renta vitalicia y sin cargas. Cada mes se les girarán 2.600 zloty (unos 620 euros). Para comparar: en Polonia el sueldo medio se ubica en apenas 1.000 euros.
EL MODELO RELEVO: En Holanda, el primer oro está más valorado que el segundo o el tercero. Un triunfo en Pyeongchang se paga a 25.500 euros. Pero si la superstrella del patinaje de velocidad Sven Kramer ganara más, el segundo oro le reportaría solo 16.830 euros. El tercero serían solo 8.415. En cualquier caso, Kramer tiene hace tiempo el porvenir asegurado.
LA COMPARACIÓN CON EL FÚTBOL: El bonus que reciben los futbolistas del campeón mundial es para los deportistas alemanes solo un sueño. Los hombres de Joachim Löw arreglaron un pago de 350.000 euros para cada uno en caso de defender el título en Rusia. En Pyeongchang, un campeón alemán recibirá 20.000 euros. Por la plata, 15.000. Y por el bronce, 10.000.
MENOS IMPUESTOS: Gracias a una ley aprobada aún bajo el mandato del ex presidente Barack Obama, los estadounidenses están exentos de los llamados impuestos sobre la victoria. Así, a los deportistas les quedará mucho más de los 37.500 dólares que paga el comité olímpico norteamericano por un oro. Para estrellas como Linsey Vonn, no obstante, ese dinero es calderilla.
LOS TACAÑOS: Para los medallistas suecos, aparte de fama y honor, no hay nada más. En los Juegos Olímpicos de verano en Río, el comité sueco regaló solo la mascota olímpica. Así será también esta vez: Soohorang y Bandabi. Los noruegos tampoco pagarán nada a su nueva estrella del esquí de fondo Johannes Kläbo y los otros medallistas. El éxito les habilita, eso sí, para optar a una beca deportiva de 12.000 euros, aunque ésta se reduce si el atleta gana más de 50.000 al año. Y ese es el caso de casi todas las estrellas noruegas.
¿Y RUSIA?: Los rusos solo pueden competir bajo bandera neutral como consecuencia de las sanciones por el escándalo de doping de los Juegos de Sochi 2014, pero el gobierno de Putin prevé igualmente ofrecer premios. Cuatro millones de rublos (56.700 euros) se pagarán por el oro. Y los campeones reciben además un coche, aunque tras los Juegos de Río el primer auto regalado apareció solo un día después a la venta en Internet.