Bruselas.— El tener boletos para la Eurocopa 2016 debería ser motivo de celebración y no de preocupación, como le ocurre al italiano Bruno Balzani, de 76 años. Pero el originario de Bolonia no está inquieto porque los azzurri no pintan como favoritos para llevarse el codiciado campeonato que arranca hoy entre Francia y Rumania.
“Tengo muchas ganas de ver a mi selección, pero debo admitirlo, no me entusiasma viajar a Francia en estos momentos”, dice Balzani a este diario. La incomodidad que siente el aficionado italiano es reflejo de la tensión que se vive en Francia, un país con problemas económicos, en donde las reformas son confrontadas con huelgas y manifestaciones, y que se encuentra en estado de alerta desde los atentados terroristas del 13 de noviembre en París.
Si bien, el presidente del Comité de Organización de la Eurocopa, Jacques Lambert, insiste en que no hay “amenaza inminente”, el gobierno del presidente François Hollande no quiere tomar riesgos y se prepara para celebrar el torneo de futbol más resguardado en la historia del viejo continente.
Hasta el próximo 10 de julio, cuando se dispute la final en el Stade de France, las 10 sedes anfitrionas del campeonato serán patrulladas por 90 mil hombres, de los cuales, 42 mil son agentes, 30 mil elementos de la gendarmería, 13 mil de servicios privados y 10 mil militares.
Además serán desplegadas células de reacción inmediata apoyadas por elementos de protección civil, como bomberos y personal de emergencia médica. Estas unidades han realizado en los estadios una treintena de ejercicios simulando ataques kamikazes, con gases tóxicos, explosivos y rifles de asalto. En el estadio Geoffroy Guichard en Saint-Etienne fue simulado un ataque químico.
Para garantizar la seguridad de los 8 millones de aficionados –de los cuales, 2 millones serán extranjeros— que se esperan en la justa, las autoridades ejecutarán rigurosos controles, el primero de ellos a un kilómetro del estadio, y adoptarán medidas extraordinarias como no permitir el acceso a los recintos futbolísticos con botellas de agua y mochilas con una dimensión superior a los 25 centímetros. También serán blindadas, con drones, cámaras, perros y detectores de metales, las fan zones, creadas para que el público disfrute los partidos gratis. Tan sólo en la Torre Eiffel habrá una zona para 92 mil aficionados. Los expertos, como el ex jefe de policía, Frédéric Péchenard, consideran los estadios virtuales como los de mayor riesgo.
Los ataques en París colocaron en la lista negra de la yihad el futbol. Desde entonces se han suspendido dos juegos por amenaza terrorista: Alemania-Holanda y España-Bélgica.
Francia sigue siendo un objetivo primario del Estado Islámico, dijo el director de la agencia de inteligencia francesa DGSI, Patrick Calvar. Esta lectura fue certificada por Mohamed Abrini, uno de los presuntos sospechosos de los ataques en Bruselas. “Francia debe seguir siendo Francia, por ello organizamos la Euro. Debemos mostrar lo que somos: un pueblo fuerte y orgulloso”, sostiene el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve. 80% de los franceses está a favor de la celebración del evento.