De llorar lágrimas de sangre debido a inverosímiles derrotas en finales a protagonizar la más cruenta y desgastante lucha en el balompié: la de intentar quedarse en la Liga MX.
Sumar cuatro torneos sin clasificar a la Liguilla ha traído mucho más que escarnio al Cruz Azul, cuyo lastimado pueblo deberá habituarse a esa batalla en la que está de por medio no manchar el linaje con un descenso.
Los dirigidos por Tomás Boy, uno de los cuatro conjuntos que aún no triunfan en el Apertura 2016 (los otros son el Necaxa, el Santos Laguna y el León), actualmente ocupan el treceavo puesto en la tabla de cocientes, pero las 91 unidades que acumulan apenas les permiten tener 10 de ventaja sobre el Morelia, situado penúltimo.
El recién ascendido Necaxa está en el lugar 18, mas su promedio es bastante volátil, ya que sólo se toma en cuenta lo que haga en el actual campeonato y el que sigue.
Para definir al club que perderá la categoría al término del Clausura 2017 se tomará en cuenta lo cosechado desde el Apertura 2014, justo el certamen en el que inició la actual racha cementera de cuatro ediciones ligueras sin participar en la fase final, la más prolongada en la historia del equipo.
Durante ese lapso, el Clausura 2015 fue el torneo en el que La Máquina tuvo más puntos (25), pero finalizó noveno. No entró en la “Fiesta Grande” porque su diferencia de goles (cero) fue inferior a las del Pachuca (+4) y los Guerreros (+3), que finalizaron con la misma cantidad de unidades.
Semestre en el que su balance no fue tan oscuro, aunque es insuficiente para estar ajena a esta lucha, por más que otros equipos sean los verdaderamente apremiados... Por ahora.