DENVER.— Victoria. Pero victoria por un solo gol. Otra vez México adolece en la contundencia. Un gol es suficiente, pero no basta para quitar ese estigma sobre los delanteros del Tricolor, quienes no encuentran el arco.

Tanto de Miguel Layún que coronó el buen accionar mexicano. México fue mucho más que Bolivia, un equipo sudamericano que apenas opuso resistencia, que apenas tiró dos veces al arco mexicano, que apenas sobrevive a su crisis.

México ganó, pero no es suficiente. En accionar se cumple, pero en contundencia no. Javier Orozco y Érick Torres tuvieron un buen partido que no pudieron culminar con goles. Oribe Peralta entró, mas ni siquiera tiró a portería.

Pero se ganó. La mini-gira por Estados Unidos saca saldo positivo. Un empate y un triunfo. La falta de gol debe ocupar al técnico nacional.

Colorado

Primer tiempo totalmente “colorado” para la Selección Mexicana, por eso de la playera roja. Primer tiempo que sirvió para corroborar lo que todo el mundo advirtió: que Bolivia sería muy poco rival. Desde el inicio el equipo se hizo del balón, del campo y produjo las oportunidades ante unos sudamericanos que no llegaron al estadio.

Los “novatos” tuvieron que superar los nervios, sobre todo Luis Venegas, quien sufrió de inicio con el golpeo boliviano; en cuanto se asentaron, en cuanto Javier Aquino, flamante capitán, Miguel Layún y Marco Fabián tomaron las riendas del juego, México comenzó a generar.

Adelante, Orozco y Torres se estorbaron. El Chuleta y El Cubo no se acomodaron. Ambos, delanteros de las mismas cualidades, que saben jugar en el área y fuera de ella, que saben botarse, hacer paredes y recibir el balón de espaldas. A ambos, en la primera parte no se les dio el gol.

Para abrir a un equipo que se mete atrás, hay que jugar por las bandas y México lo hizo. Pizarro se atrevió y Layún lo hizo mucho más. Comenzaron a llegar los centros, pero los remates de Cubo y Chuleta salieron desviados. Porlo que hubo que buscar otra alternativa.

Así llegó el gol. Concierto de pases mexicanos, más de 20, que concluyó en una jugada entre Aquino, Orozco y Torres. El Cubo disparó, el portero Vaca rechazó pero Layún no falló. Tomó el rebote con fuerza y fusiló. Sin la ventaja México era dueño y señor, con ella se convirtió en dictador. La pelota ya nunca fue de Bolivia.

Para la segunda parte, Azkargorta hizo cuatro cambios de un jalón. Y quizá por eso, pero sobre todo por un bajón mexicano, Bolivia logró meter un centro que hizo que Moisés Muñoz tocara el balón. Aun así Chuleta siguió intentando y fallando. Oribe y Guardado entraron a poner orden a la situación. El Cubo lo volvió a intentar y Vaca lo frenó.

Se ganó, mas los delanteros no la encuentran y eso debe ocupar al técnico nacional.

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