GUADALAJARA.— Hoy, vive su momento más dulce. En el campo de entrenamiento dibuja una sonrisa de niño, mientras trabaja codo a codo con los mayores, quienes ya han hecho una carrera en el futbol mexicano. Carlos Fierro es, en el actual plantel de Chivas, un aprendiz que disfruta la miel del triunfo, luego de los dos goles que hizo el domingo, en el 3-0 sobre Leones Negros.
Se trata del primer doblete de su carrera. Es el chico del momento. Por eso, los aficionados en Verde Valle le siguen de cerca en la primera práctica del Rebaño Sagrado, luego del triunfo en el estadio Omnilife. “Mira, ahí va Fierro”, dice una emocionada aficionada a su acompañante. El campeón del mundo Sub-17 en 2011, sin embargo, todavía se siente en etapa de aprendizaje.
Intenta ser mejor cada día, aunque ese proceso signifique recibir de vez en cuando regaños de los mayores. Omar Bravo y Aldo de Nigris, los arietes más experimentados que tiene el Rebaño Sagrado, son quienes se acercan para reprenderlo y orientarlo cada vez que lo sienten necesario.
“Estoy motivado por la competencia interna que hay con grandes jugadores, grandes compañeros que siempre dan consejos, como Aldo y Bravo. Siempre hay el respeto hacia ellos, no te podría decir que yo deba estar en el lugar de ellos [como titular], porque respeto lo que han hecho. Si me toca entrar de cambio ahorita, me siento bien de cambio, entrando y aportando”, explica.
Y, enseguida, revela el apoyo que ha recibido de ellos. “Sí, muchos consejos te dan. Siempre están ayudando. A veces con regaños. Regaños que te llevan a mejorar, a crecer. Siempre ha estado el apoyo de ellos. A lo mejor aprendes cosas desde chico, pero no sabes cómo son los defensas, cómo hacer una recepción o cómo definir; son cosas que te van apoyando los más grandes, te arropan...”.