Águila que pierde voracidad entre los muros de su inmenso nido de concreto. Extraño síndrome acentuado en la Liguilla.

Participar en la Fiesta Grande del futbol mexicano se ha vuelto costumbre para el América desde que lo dirige Miguel Herrera (Clausura 2012)... Al igual que pasarla mal sobre el césped de Santa Úrsula, en eliminatorias directas, sin importar la ventaja obtenida fuera de casa.

De eso se trata el reto para los futbolistas del Piojo. Más allá de que hoy deben finiquitar la serie contra los Pumas, anhelan ganar un partido de fase final en el Estadio Azteca, lo que no logran desde el 20 de noviembre de 2010 (4-1 sobre el San Luis, en la vuelta de cuartos de final).

A partir de entonces, fungir como locales en series a matar o morir les representa sufrimiento: un empate y cinco derrotas, incluida la del Clausura 2011 (1-2 ante el Morelia, en La Corregidora de Querétaro).

“Es fundamental hacer buenos juegos de local, aunque hoy en día, con el gol de visitante como primer criterio de desempate, también es importante ser agresivos fuera de casa, pero con el apoyo de nuestra gente, la mentalidad y ganas que tenemos de salir adelante en este torneo, en casa vamos a pesar bastante”, vaticina el defensa Miguel Layún. “Ya es hora de que ganemos en el Azteca”.

Asignatura pendiente en la estable era que encabeza Herrera.

Pese a no imponerse en casa, los azulcrema se las ingeniaron para alcanzar las semifinales en los dos más recientes torneos.

Todo parece indicar que también lo harán en el actual, ya que los felinos jamás les han superado en el Coloso de Santa Úrsula, dentro de una Liguilla, (tres victorias y tres empates). No sólo requieren hacerlo esta tarde; deben marcar, al menos, dos anotaciones.

Escenario que luce inmejorable para curarse de la “malaria” que les queja en casa, aunque los sueños de Herrera son mucho más profundos.

“La más grande satisfacción será cuando traigamos una copa”, sentencia el carismático entrenador. “Obvio que la afición va a estar contenta [si se triunfa], porque es un clásico, debido a la animadversión que hay entre los dos equipos.

“Con eso, la gente quedaría feliz, pero es un juego y hay que ganarlo para pensar en la siguiente ronda”.

Éxito con el que alargarían a cinco la cadena de triunfos sobre los Pumas. Ese dominio les permite vaticinar mayoría americanista en el juego de hoy, por más que las tribunas del Azteca suelen dividirse en estos choques.

“También habrá un buen duelo en cuanto a aficiones. Espero una buena entrada”, comparte Layún. “Es de esos partidos en los que la gente va a apoyar bastante, pero sí creo que vamos a ser mayoría”.

Inmejorable marco para que el águila azulcrema recupere voracidad dentro de su inmenso nido de concreto.

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