SAO PAULO.— Argentina llega ultramotivada al estadio Maracaná para jugar su quinta final en la historia de los Mundiales de Futbol, aunque con un desgaste mucho mayor que Alemania, porque tendrá un día menos de descanso para recuperarse de 120 minutos de juego intenso ante Holanda.
La clasificación por penaltis a la primera final de Argentina en 24 años hizo explotar de alegría e ilusión al conjunto de Lionel Messi, quien tiene a un sólo paso su gran meta de conquistar el tricampeonato del orbe.
Y ese enorme envión anímico podría apaciguar la preocupación del técnico Alejandro Sabella por el “parte de guerra” que dejó el duelo contra Holanda en semifinales, un partido con mucha fricción.
“Tenemos una final por delante, con un día menos de descanso y un suplementario encima, pero vamos a tratar de dar lo mejor con humildad, sacrificio y trabajo”, aseguró Sabella.
Con Sergio Agüero recuperado de la lesión muscular en el bíceps femoral de la pierna izquierda, toda la atención está centrada ahora en la rehabilitación de Ángel di María, el cuarto de los “cuatro fantásticos” de la ofensiva albiceleste.
Di María sufrió el sábado una lesión muscular grado uno en el rector anterior del muslo derecho y el cuerpo médico está acelerando su recuperación, con todo tipo de tratamientos.
El parte oficial de la Asociación del Futbol Argentino (AFA) señaló ayer que el defensor Pablo Zabaleta recibió unos puntos de sutura por un corte en la boca.
“Valieron la pena los puntos”, aseguró Zabaleta, luego del fuerte choque con Dirk Kuyt en tiempo suplementario, cuando Sabella ya no tenía más cambios disponibles, lo que lo obligó a jugar con una gasa sobre la mejilla y el labio.
El mediocampista Lucas Biglia sufrió un golpe en el antebrazo, jugó parte del partido con la zona inmovilizada con una férula y se retiró con una bolsa de hielo en la zona. Marcos Rojo, Enzo Pérez y otros jugadores recibieron también golpes y rodaron por el campo del Arena Corinthians de Sao Paulo, aunque cualquier dolor quedó atrás con el heroico triunfo por penaltis.
Lionel Messi ya acusó mucho cansancio tras el triunfo en cuartos sobre Bélgica, cuando admitió que la selección albiceleste debió “correr como nunca”. Apenas entrenó para las semifinales, en las que volvió a tener un marcado desgaste.
Pero el astro del Barcelona sólo está obsesionado con ganar la única final que le falta y está decidido a dar todo por conseguirlo, sacrificando incluso, hasta sus últimas energías, luego de una temporada marcada por las lesiones. “¡Estamos en la final! Disfrutemos... Nos queda un pasito más...”, expresó el delantero.