Lino Muñoz es un deportista que nos ha enseñado que no exisen imposibles cuando se trata de plasmar los sueños en realidad. Lo que se visualizaba como algo incalcanzable, finalmente se tornó en un inolvidable e histórico boleto olímpico en el bádminton, un deporte que levanta la mano para dejar huella, y obtener así mejores recursos que permitan su desarrollo.
Y es que Lino, un chico que a los nueve años descubrió por auténtica coincidencia el deporte que lo enamoraría, llega a sus primeros Juegos Olímpicos con la mente enfocada en regalarnos una exhibición memorable, digna del primer hombre en calificarse en esta disciplina a una justa veraniega.
De esta manera México alista su partipación en este deporte con Lino Muñoz, quien nos cuenta un poco de su camino y expectativas en Río 2016.
¿Qué representa ser el primer jugador varonil mexicano de bádminton en asistir a JO?
“Para mí ser el primer hombre en calificar me llena de orgullo, pero no es lo más importante. A mí me gustaría que esta clasificación sirva para inspirar a las nuevas generaciones de bádminton; para que se den cuenta que todo es posible, que se puede lograr cualquier cosa a través de dedicación y esfuerzo”.
¿Cómo te visualizas en la justa?
“Cumpliendo mi principal objetivo que es estar entre los primeros 16 del mundo, quiero disfrutar de cada partido, y de lo que representa ser un atleta olímpico”.
¿Qué podemos esperar de ti en Río 2016?
“De mí pueden esperar toda mi entrega, ganas y el compromiso que tengo de poner el nombre de México en alto. Representar a mi país es el máximo orgullo y responsabilidad que puede tener un atleta, siempre que salgo a la cancha pienso en mi país y que millones de mexicanos están conmigo”.